Este proyecto, que ha sido presentado en el Ayuntamiento alcazareño, ha unido a la empresa municipal Aguas de Alcázar con la Universidad de Castilla-La Mancha (a través de la Escuela de Informática de Ciudad Real y la Escuela de Ingenieros de Albacete), la consultora Zurko Research y las empresas Diálogo Tecnológico y Gestión de Residuos Manchegos, y cuenta con la financiación del Centro para el Desarrollo Tecnológico e Industrial (CDTI) de Ministerio de Economía y Competitividad, además del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder).
El gerente de Aguas de Alcázar, Ángel Puente, destacó las dos principales partes del proyecto, como es por un lado la mejora de la propia infraestructura de la depuradora, y por otro el tratamiento de los lodos para convertirlos en ‘compost’, o abono orgánico, con un mayor efecto fitosanitario para su utilización en el campo.
La encargada de explicar con detalle ese doble objetivo del proyecto fue María Engracia Carrión, consultora de Zurko Research, quien indicó que en un primer análisis se detectaron muchos aspectos de la depuradora de Alcázar que se podían mejorar, como el propio coste anual de su funcionamiento, que actualmente es de cuatro millones de euros y que se va a reducir a la mitad. En ese primer examen de la infraestructura se comprobó que el proceso de producción de biogás podía ser mejorado en su rendimiento produciendo más energía abaratando costes.
En este sentido, indicó que se pretenden modernizar los procesos mediante el uso de las nuevas tecnologías. Es lo que ocurrirá, por ejemplo, en el proceso de oxidación biológica, donde se aplicará una técnica que reduzca su duración, o en el de pretatamiento de los lodos, donde hará falta un tratamiento físico-químico actualmente inexistente. En cuanto al biogás, comentó que ahora todo lo que se produce se consume en los propios procesos internos de la depuradora. El objetivo aquí es también reducir los tiempos, así como las temperaturas del proceso para ahorrar energía. Sin dar muchos detalles, María Engracia Carrión insistió en que se aplicarán aspectos innovadores al conjunto de la estación depuradora.
En lo que se refiere a la gestión de los residuos, explicó que cada año se producen nueve toneladas a las que hay que dar salida. La mayoría lo hace mediante la producción de ‘compost’ simple, pero “eso hoy lo hace todo el mundo y lo que hay que buscar es un valor añadido”. Por ello, afirmó que se incorporarán nuevos procesos que, además de reducir el consumo energético, generarán un ‘compost’ mucho más funcional de efectos fitosanitarios para, por ejemplo, luchar contra las plagas en el campo, además de mejorar la productividad.
En definitiva, este proyecto, que tendrá una duración de 36 meses, permitirá reducir en un 35 por ciento el consumo energético y ahorrar aproximadamente 2,2 millones de euros anuales en el propio funcionamiento de la depuradora.
El presupuesto con el que se cuenta para estos fines asciende a casi 1,6 millones de euros, de los que 1,2 llegarán en forma de ayudas (398.000 euros en subvenciones y 795.000 en préstamo).
