La concejal de Promoción Económica, María Jesús Pelayo, que estuvo acompañada por el concejal de Obras, Ángel Puente, explicó que se trata de un proyecto que se convertirá en “un icono a nivel nacional e internacional” y, dada su ubicación junto a la avenida Pablo Iglesias, una zona con un importante desarrollo urbanístico, en “un escaparate de la ciudad”.
Pelayo subrayó la importancia del proyecto como espacio que aúna vino, cultura y tradición, además que favorecer el desarrollo económico de la localidad. Hay que recordar que por estos motivos el equipo de Gobierno dio su apoyo al proyecto en el último Pleno, mientras que el Grupo Socialista votó en contra.
Para explicar en profundidad las características del proyecto asistieron a la presentación los arquitectos Felipe Pérez Somarriba y María José Yravedra, de Arquivin Estudio 6, que han sido los artífices del diseño. Según comentaron, las ventajas del terreno eran muchas, no sólo por la cantidad de espacio disponible, la inmensa mayoría muy desaprovechado en la actualidad, sino también porque La Unión es una bodega urbana, de las que no hay muchas, lo que permitía plantear algo innovador conjugando el espacio industrial con el enoturístico, cultural y de ocio.
En lo que se refiere a este último, el proyecto consta de dos edificios conectados entre sí y que albergarán por un lado el Museo del Vino y el Jardín de Variedades, y por otro el Mirador. El museo se ha planteado con un carácter científico y como algo vivo, donde tendrán lugar conferencias, jornadas o cursos de forma que el visitante “se inunde de este gran patrimonio que tenemos en La Mancha”, en palabras de María José Yravedra. Para este edificio se ha planteado la recuperación de los tradicionales conos de fermentación de la bodega como elementos arquitectónicos sobre los que descansará el Jardín de Variedades, en el que se podrán ver hasta 70 tipos de uva de diferentes lugares del mundo, por lo que se dotará de las condiciones necesarias para crear microclimas acordes con cada una de ellas.
En el museo, además, se podrá ver el tipo de tierra que existe en los campos vitivinícolas de cada zona y se permitirá catar el vino que se produce con las distintas variedades de uva expuestas. El edificio, además, será energéticamente eficiente y quedará perfectamente integrado en el entorno urbano.
En cuanto al Mirador de Alcázar, se ha planteado como un espacio abierto para la cultura donde se podrán desarrollar diferentes actividades y donde, según el proyecto, se expondrían grandes esculturas que reproducirán los insectos que con mayor frecuencia atacan las vides.
Por otra parte, en el proyecto consta también un espacio verde abierto a la ciudad con un anfiteatro y la recreación de los campos de cultivo de la vid propios de la época romana.
PROYECTO TURÍSTICO Y SOCIAL
Por su parte, el presidente de la Asociación para el Desarrollo y Promoción de La Mancha (Promancha), Ángel Exojo, felicitó tanto a la cooperativa La Unión como al Ayuntamiento de Alcázar por el importantísimo proyecto urbanístico y destacó que el próximo mes de enero el pleno de la asociación lo valorará y le dará su apoyo para solicitar a la Consejería de Agricultura de la Junta de Comunidades su declaración como Proyecto de Interés Regional (PIR) y que apruebe destinar los fondos necesarios para su realización, además del Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (Feader), que gestiona la propia Promancha. Hay que recordar que el presupuesto inicialmente previsto para el conjunto del proyecto de La Unión se sitúa alrededor de 1,5 millones de euros, de los que la Junta podría llegar a aportar hasta el 85 por ciento.
Exojo aseguró que el proyecto es “muy interesante desde todos los puntos de vista”, y sobre todo mencionó el aspecto turístico, que no sólo beneficiaría a Alcázar sino al conjunto de la comarca. Pero además, en el aspecto social, es un proyecto que generará un buen número de puestos de trabajo de carácter indefinido, algo que se valorará especialmente en la asociación que él mismo preside.