Para llegar a esta conclusión se han tenido en cuenta las puntuaciones obtenidas hasta el momento presente por los vinos valorados por el Comité de Cata del Consejo Regulador, aproximadamente unos 70 hasta la fecha presente, entre los que ha habido muestras de tinto Tempranillo, Syrah, Merlot, Petit Verdot, Airén, Macabeo, Chardonnay, Sauvignon Blanc, Verdejo y Moscatel.
Si bien es cierto que por el momento no se han catado todos los varietales autorizados, las valoraciones de los vinos probados han sido contundentes, obteniéndose unas puntuaciones realmente buenas tanto en blancos como en tintos, lo que ha sido posible fundamentalmente gracias a la alta calidad de las uvas recolectadas, no afectadas ni mínimamente por enfermedades dañinas como el oídio o la podredumbre, y que tuvieron un ciclo de maduración perfecto, aunque algo adelantado sobre lo habitual. Además, el grado de dulzor de las uvas fue algo más alto que en años anteriores, aunque manteniendo un gran equilibro con respecto a la acidez.
Por ello, según nos muestran estros primeros resultados, los vinos de la añada 2011 se caracterizarán por tener una intensidad aromática más que notable y una buena estructura en boca, consiguiéndose unos vinos jóvenes muy expresivos y de gran calidad, si bien, debido a su gran potencial, en el caso de los tintos muchos de estos caldos se reservarán para la elaboración de excelentes crianzas y reservas, que saldrán al mercado dentro de tres o cuatro años.
Por otro lado, aclarar que el criterio de calificación de Consejo Regulador es más estricto en los puntos de penalización que el utilizado por un gran número de instituciones nacionales e internacionales, ya que se sitúa en 57 puntos como máximo para los vinos a granel y en 55 para los embotellados, siendo muy destacable que casi todos los vinos catados hasta el momento hayan pasado sobradamente la prueba, lo que además es una muestra del excelente trabajo que están realizando los enólogos de las bodegas manchegas.
Tampoco debemos pasar por alto el tema de la adaptación de las nuevas variedades plantadas en los últimos años, que están dando resultados sorprendentes en La Mancha, que les confiere la particularidad de su suelo y su climatología, mejorando aún más las virtudes de uvas tan reconocidas internacionalmente como son la Cabernet Sauvignon, la Merlot o la Syrah, en tintos, o Sauvignon Blanc, Chardonnay o Verdejo, en blancos.
Por último, insistir en que el rigor a la hora de permitir que un vino esté amparado por el sello de la Denominación de Origen “LA MANCHA”, se justifica en la intención del Consejo Regulador de que la contraetiqueta de la D.O. sea un reconocimiento al enorme esfuerzo económico y humano de las bodegas manchegas están realizando con el fin de obtener grandes vinos, con buena acogida en los mercados nacionales e internacionales, y por lo tanto se debe ser muy exigente en la calidad, ya que ésta es la única garantía que hay para asegurarse de que el consumidor estará satisfecho con el vino.