La muestra, que se inaugura hoy a las 20,00 horas, acoge una colección de 30 ejemplares procedentes de distintas colecciones particulares, e intenta hacer llegar al visitante la historia de La Biblia, pero también plasma el arte del grabado, la encuadernación y las traducciones existentes de los textos bíblicos.
Hoy La Biblia es patrimonio universal. Miles de manuscritos y ejemplares están repartidos en los centros de conservación de historia más importantes del mundo: el Santuario de Libro en Jerusalem, el Museo Real de Londres, la Biblioteca Nacional de París, la Biblioteca Vaticana y en ciudades como Nueva York, Moscú, Hamburgo, Viena, Washington, Modena y Berlín. Desde el año 2000 América Latina cuenta con Maná Museo de las Sagradas Escrituras, ubicado en la Ciudad de México.
No hay un objeto histórico del que haya más copias antiguas que La Biblia, de ella existen 4.271 manuscritos hebreos; y en griego 69 papiros, 242 pergaminos unciales, entre otros documentos. La Biblia es sin duda «el texto más influyente del mundo que, más allá del ámbito religioso, ha fijado una huella de amplio espectro en todos los aspectos sociales y culturales», apunta la organización de la muestra.
La Biblia nació como un conjunto de libros escritos en hebreo en el entorno del antiguo Israel, que luego se convertirían en los libros sagrados del judaísmo. Esta hipótesis se hizo más sólida en el año 1947, gracias al descubrimiento accidental de los manuscritos bíblicos del Mar Muerto, datados en los siglos III al I a.C., y que constituyen los más antiguos que se conservan.
En aquella ocasión, según precisa, se hallaron copias de todos los libros a excepción de Ester y Nehemías. La actual Biblia cristiana, la que contiene el Nuevo Testamento, se fraguó tiempo después, cuando el original texto hebreo fue traducido al griego helenístico, y contó además contó con la incorporación de nuevos materiales por parte de aquellos primeros seguidores de Jesús, evangelios, cartas y el Apocalipsis.