El folclore manchego viaja por el mundo como nunca antes se había interpretado: «Duz» ha conseguido reformular nuestra música típica produciendo un espectáculo nunca visto.
Elisa Ortiz (La Puebla de Almoradiel, Toledo) y Javier Losa (Albacete): dos profesionales de la música que apostaron por el folclore de su tierra para hacer gala de él por todo el mundo. Las seguidillas y rondeñas sonarán en Rumanía.
“Duz lleva la música popular manchega fuera de nuestras fronteras en un formato original e innovador: un viaje hacia el interior de nuestra cultura e identidad a través de una experiencia musical contemporánea, polifacética y con un lenguaje sorprendente capaz de reflejar el pasado y repensar nuestro presente”.
Tubos de armónicos que simulan molinos harineros, cantigas que nos transportan a la mancha medieval, poesía cotidiana que nos describe paisajes ya olvidados, bailes para celebrar y unirnos, bailes que anuncian la muerte, canciones que nos invitan a jugar, y fandangos que nos hacen sentir. Jotas para contar, los mayos para recibir y manchegas para bailar.
“duz” ha creado un espectáculo nunca visto donde utiliza el lenguaje de los instrumentos sinfónicos – violín y violoncello- junto con danza, poesía, canto, baile y un sin fin de instrumentos transformados para poder trazar un viaje hacia el interior de nuestra identidad, poniéndola en valor y dirigida a todos los públicos. Un viaje por nuestro paisaje, la infancia, el amor, la comunidad y la muerte a través de la música manchega.
Los próximos 22 y 30 de marzo, “duz” realizará dos conciertos en Europa del este, en concreto en Bucarest y en Hosman (Transilvania) respectivamente para compartir e intercambiar con el público rumano nuestras visiones sobre identidad cultural.
El espacio de dinamización cultural Londohome (Bucarest) y La asociación internacional
“ Asociația Hosman Durabil” (Hosman, Sibiu) serán los huéspedes de estos dos conciertos. Este último de especial relevancia puesto que “duz” será el encargado de abrir la exposición del proyecto “ Peisaj Deschis” , relacionando el trabajo de conservación y puesta en valor del paisaje y el entorno natural transilvano con el castellano manchego.