Alcaldesa, presidenta, ex diputada, influencer (según Forbes Woman) son algunas de las muchas responsabilidades que Rosa Melchor Quiralte ha tenido y tiene en su dilatada trayectoria profesional. Una carrera de fondo, no acabada, en la que el esfuerzo, el trabajo, la constancia y la pasión son pilares fundamentales para lograr las metas fijadas, porque, como asegura, “cualquier mujer, aunque tenga que demostrar el doble su valía, puede ser lo que quiera ser”. Reflexión que Rosa Melchor comparte en la jornada previa a la celebración del 8M – Día Internacional de la Mujer.
¿Qué representa para Rosa Melchor el 8M?
Celebración por lo conseguido y reivindicación por lo que queda. Celebramos que España, en las últimas cuatro décadas, ha avanzado muchísimo tal y como puede comprobarse en esta entrevista o como demuestran las miles de mujeres que son líderes y referentes en espacios que tradicionalmente han sido de hombres –política, cine, deporte…- .
Sin embargo, también es una jornada para reivindicar mejoras y limar cuestiones que siguen pesando en el avance igualitario de la mujer. Pongo a los lectores un ejemplo muy significativo y personal. Yo me considero una persona con un carácter fuerte, resolutivo, eficaz y eficiente en mis funciones, cualidades que en una mujer no siempre están bien vistas ni son características positivas como lo puedan ser en los hombres.
Por ejemplos como éste es importante seguir reivindicando la igualdad real, porque creo que son los pequeños detalles los que pueden mover y cambiar el mundo.
¿Qué opinión tiene sobre los colectivos o movimientos feministas más radicales? ¿Benefician o perjudican la lucha por la igualdad?
Lo primero que hay que dejar muy claro es que los extremos, sean del tipo que sean, nunca son buenos. Las políticas moderadas, centradas y en las que todo el mundo tiene cabida son las que realmente producen los cambios en la sociedad. Yo que soy una persona muy pasional, y por tanto hago una defensa de mis ideales en base a esa pasión, no creo que los movimientos que van contra alguien y no a favor sean positivos, especialmente cuando tratamos una cuestión, la igualdad, que afecta tanto a hombres como a mujeres.
Ha sido diputada en las Cortes regionales, alcaldesa de Alcázar de San Juan desde 2015, presidenta de la Asociación Española de Ciudades del Vino (ACEVIN) y de Rutas del Vino de España, presidenta de Comsermancha y ahora elegida, según el portal Forbes Women, una de las 30 mujeres más influyentes del turismo en España. ¿Alguna vez pensó que llegaría tan lejos? Para llegar hasta aquí y siendo mujer ¿ha tenido que hacer un esfuerzo extra?
Si de niña alguien me hubiera preguntado qué quieres ser de mayor jamás le hubiera dicho que política. Es verdad, que sí pensaba que podía llegar a ser abogada, psicóloga e incluso misionera, como cualquier persona alguna vez en su vida. Supongo que en mi vocación siempre ha estado el servicio público, de ahí que esté donde hoy estoy funcionaria y política, una profesión que considero tiene que ser vocacional con mayúsculas. Teniendo en cuenta mi vocación de servicio y habiendo sido capaz de aprovechar las circunstancias de cada momento he conseguido estar donde quería estar, sabiendo que estaba, incluso a día de hoy, en un entorno dominado por los hombres, lo cual se traduce en un doble esfuerzo.
A las mujeres nos cuesta llegar lejos porque tenemos que demostrar el doble que nuestros compañeros. Además de nuestra valía profesional también hay que demostrar el talento personal y, si hay responsabilidad familiar, nuestra capacidad para conciliar. En este aspecto, reconozco mi admiración por todas aquellas mujeres que cumplen perfectamente con su profesión sin desatender el resto de obligaciones familiares y personales.
Por tanto, las mujeres tenemos que trabajárnoslo más y demostrar todos los días que lo hacemos mejor que ellos.
Un doble esfuerzo que ha merecido la pena porque supongo que Rosa Melchor se siente reconocida incluso a nivel internacional.
Puedo decir alto y claro que me siento reconocida y agradecida. Desde pequeña hasta hoy nunca he permitido que nadie me tratara con condescendía por ser mujer, por ello agradezco la confianza que a lo largo de estos años mis compañeros, especialmente los de mi partido, han depositado en mi persona para hacer lo que tenía que hacer y ser lo que hoy soy.
Habiendo llegado tan lejos, ¿qué mensaje traslada a las mujeres que en estos momentos estén pensando qué quieren ser?
Les digo sinceramente que pueden ser lo que quieran ser. Con esfuerzo, trabajo, constancia y yendo de frente las mujeres de hoy y las de mañana pueden ser lo que quieran.