A primera vista, el concepto de préstamos sin nómina puede parecer referirse a un servicio financiero demasiado fácil para ser verdad. Sin embargo, hay muchas entidades que los ofrecen y en comparadores como Compinero.com/es se pueden encontrar más de 15 entidades que lo hacen con préstamos de diferentes cantidades, plazos y condiciones.
De hecho, al contrario de lo que podría parecer, los préstamos sin nómina no se limitan a pequeñas cantidades y plazos cortos. Por supuesto también los hay de ese tipo, pero en un buen comparador se pueden encontrar préstamos de cantidades mucho más altas, de miles de euros, aunque no se tenga nómina.
¿Cuál es el truco?
El truco es tan sencillo como que tener nómina es solo una manera de tener ingresos y esto último es lo que realmente buscan muchas entidades. Es decir, los préstamos sin nómina se dirigen a todos aquellos que sin tener nómina, sí que tienen ingresos regulares.
Dicho ingresos pueden provenir de rentas, una pensión, una prestación o incluso una beca. A las entidades lo que les preocupa es que puedas devolver el préstamo y no tanto de dónde sacas el dinero siempre que este sea regular.
Por tanto, insistimos, la clave es que los préstamos sin nómina no son préstamos sin ingresos.
¿Qué implica la nómina para obtener un préstamo?
La nómina es un factor de seguridad. Las entidades tienen que estimar si vas a ser suficientemente solvente como para poder devolver el préstamo y la nómina es una cantidad de ingresos fija que hace mucho más fáciles los cálculos o, mejor dicho, les resta incertidumbre. Un trabajador autónomo, por ejemplo, puede tener altos ingresos durante los meses de invierno, pero no ganar prácticamente nada durante el verano o viceversa. Con la nómina este tipo de cosas no ocurren.
En consecuencia, hay muchas entidades que son muy reacias a conceder préstamos a alguien sin nómina. Otras aunque sí que los conceden, lo hacen a cambio de unos intereses más altos.
Antes de solicitar…
Sea como sea, el hecho de que haya entidades dispuestas a conceder un préstamo a un usuario, no quiere decir que solicitar ese préstamo sea conveniente para dicho usuario, sino que los cálculos de riesgo – beneficio de la entidad han dado como resultado que a ellos les merece la pena.
Por eso, antes de pedir un préstamo es importante hacer cuentas personalmente y calcular cuánto dinero se puede ahorrar mensualmente o hasta que se termine el plazo del préstamo y contrastar la cantidad de esa cantidad de ahorro con la cantidad total a devolver por el préstamo.
Si dicho cálculo no nos hace ver que podremos devolver el préstamo, probablemente lo más sensato sea buscar otras alternativas, incluso aunque haya alguna entidad dispuesta a conceder la financiación.
manchainformacion.com | Política & Legal 17/03/2022
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