Del éxito de ‘Feria’, de su día a día, que vive “siendo consciente de mi suerte y también de mi responsabilidad”, de la actualidad que nos rodea –como buena periodista- y de lo que será su pregón de feria, que tendrá mucho de “amor por la tierra y agradecimiento”, habla Ana Iris Simón en esta entrevista a manchainformacion.com
Mujer, madre, periodista, escritora y ahora pregonera. ¿Cómo llevas tantos cargos siendo tan joven?
¡No soy tan joven! Estoy a las puertas de los 31, pero como parece que ahora somos jóvenes hasta que nos sacamos el carné del hogar del jubilado a muchos les sorprende que sea madre o que lleve casi diez años trabajando en medios, y alguno más cotizado doblando camisetas o cogiendo trabajos aquí y allá. También que sea madre, pues cada vez lo somos más tarde. Llevo todos esos cargos con mucha dicha, intentando agradecer cada día las oportunidades que se me han ido dando, que no se le dan a casi nadie, y el cariño con el que se ha recibido y se recibe mi trabajo.
Me preguntaba hace poco un periodista si me consideraba un ejemplo para la juventud y le respondía que no, que si soy algo es una absoluta excepción: venir de una familia de clase obrera, no tener padrinos ni contactos, y escribir un libro es ya algo que pocas veces pasa. Que lo lea tanta gente, muchas menos. Así que intento vivirlo siendo consciente de mi suerte, y también de mi responsabilidad.
El pasado año, María Zaragoza y este 2022 tú. Dos mujeres jóvenes con un presente y futuro prometedor ¿Qué supone haber sido elegida la pregonera de la feria de Campo de Criptana?
Una ilusión tremenda por muchas razones, entre ellas, precisamente, por haberle cogido el relevo a María. La conozco desde niña porque es una de las mejores amigas de mi tita Vane y ha sido, desde cría, el único referente cercano que tenía de alguien que se dedicaba a escribir.
Algunos años, de adolescente, le pasaba los relatos que presentaba a los concursos literarios, y también hablé con ella cuando “Feria” aún estaba en gestación. Pero lo que más me ilusiona de dar el pregón es poder agradecerle a los criptanenses todo el cariño que me han dado en este año y medio, a mí y a mi familia, que ha sido mucho.
Los que dicen que nadie es profeta en su tierra es porque no han estado en la nuestra. Y el amor con el que han recibido en La Mancha en general y en Criptana en particular mi libro ha sido una de las cosas más bonitas de publicarlo.
¿Tendrá el pregón algo de ‘Feria’? ¿Alguna idea ya en mente que quieras trasladar al público?
Tendrá mucho, supongo, de amor por la tierra y de agradecimiento, dos cosas que ya están en “Feria”, pero no me he puesto aún a escribirlo. Hay un discurso precioso de García Lorca en la inauguración de la biblioteca de su pueblo en el que pensé según colgué con Santiago Lázaro, alcalde de Criptana, tras anunciarme que sería la pregonera este año.
Así que quizá también tiene algo de él, que robarle a Lorca nunca está de más.
¿Pensaste en algún momento que ‘Feria’ tendría la repercusión y el éxito que ha tenido? ¿Qué lo hace especial?
En absoluto. Cuando firmé el contrato me dieron mil euros de adelanto y estaba preocupada por gastármelos y que me tocara devolverlos. Se publicaba en una editorial magnífica pero muy pequeña, sin padrinos, sin un gran grupo editorial que pudiera hacer publicidad detrás, el formato del libro, que no es una novela sino un compendio de relatos costumbristas, tampoco era muy comercial. Así que todo lo que le ha ocurrido al libro, y a mí con él, ha sido un regalo.
No sé qué lo hace especial, yo creo que precisamente que es normal. Que mis recuerdos son los de un montón de chavales de mi generación, que mi abuelo Vicente es muchos abuelos Vicente a lo largo y ancho de España, que lo que cuento les suena a muchos.
Feria aborda cuestiones de máxima actualidad, entre ellas esa defensa del medio rural, de la falta de oportunidades para jóvenes, del feminismo, clases sociales... ¿Qué está fallando en la sociedad actual? ¿Qué políticas hay que aplicar para dar respuesta a estos problemas?
Supongo que, en la sociedad actual, fallan muchas cosas. La primera que se me ocurre es que las condiciones materiales de las clases obreras van empeorando, que en las últimas décadas hemos perdido derechos laborales y poder adquisitivo. Pero hay algo que no es material, también: el liberalismo no es solo una cosa económica sino que también permea en las almas, en las aspiraciones y en la visión del mundo que tenemos.
Pensamos que vivimos en el mejor de los mundos, pero la realidad es, por ejemplo, que nunca en la historia se ha suicidado tanta gente como ahora. Hay indicios que nos deberían llevar a preguntarnos qué ocurre. Sobre las políticas a aplicar, supongo que muchas, empezando por un cambio en el modelo productivo, pero también por un cambio del paradigma antropológico. Que sepamos, que nos hagamos conscientes de que somos algo más que animales que producen y consumen.
¿Algún proyecto en marcha? ¿Para cuándo el segundo libro?
Tengo dos preciosos, un segundo libro y otro que no es un libro, pero no me dejan decir nada de ninguno de los dos aún.
