Sagrario Pérez de Agreda Galiano | Salud & Farmacia 23/03/2023
 
 
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La llegada de la primavera y el aumento de las temperaturas están vinculadas para la mayoría de las personas a una sensación de euforia, alegría y bienestar, sin embargo, para otras viene acompañada de síntomas negativos como cansancio, somnolencia diurna y una acusada falta de energía, es lo que conocemos como astenia primaveral.

Se trata de un proceso fácil de identificar, pero que a veces se confunde con otros como la fatiga crónica o la depresión.

En el caso de la astenia primaveral el cansancio extremo tanto físico como intelectual aparecen antes de realizar cualquier actividad, no tiene causa orgánica definida y se relaciona con el inicio de la primavera.

Se considera que es un trastorno adaptativo del organismo a los cambios que tienen lugar en primavera: mayor número de horas de luz, cambio al horario de verano y subida generalizada de las temperaturas.

Específicamente se trata de una adaptación de la actividad de una región del cerebro, llamada hipotálamo, que es muy sensible a las variaciones de luz, oscuridad y temperatura y de la que depende la secreción de determinadas sustancias implicadas en la regulación de importantes funciones de nuestro organismo. Entre estas sustancias encontramos: las endorfinas, asociadas a la sensación de bienestar, a una mayor vitalidad y a una mejor percepción del cansancio; la serotonina, implicada en la regulación del estado anímico y del estrés y la melatonina, hormona que nuestro organismo segrega durante las horas de oscuridad para ayudarnos a conciliar el sueño.

Aunque no existe un tratamiento específico, es recomendable establecer unos hábitos de vida saludable para minimizar la sintomatología de este trastorno.

• El ejercicio físico moderado reduce el estrés y aumenta la liberación de endorfinas y dopamina que ayuda a que nos sintamos bien.

• La alimentación deberá adaptarse a las necesidades que las nuevas condiciones ambientales: menos alimentos hipercalóricos y mayor presencia de frutas frescas y verduras, que nos aportan las vitaminas y minerales fundamentales para que aprovechemos bien la energía de los alimentos.

• La correcta hidratación es muy importante, ya que la elevación de las temperaturas hace que el organismo necesite más líquidos.

• Debemos evitar el exceso de bebidas excitantes que a corto plazo nos animan, pero en exceso pueden aumentar la excitación el nerviosismo, y por lo tanto la falta de sueño y el cansancio.

• Deberíamos también anticiparnos al cambio horario que se realiza en primavera adaptando gradualmente la rutina diaria a la nueva hora antes de que éste se produzca.

A pesar de que una alimentación sana y equilibrada nos asegura el correcto aporte de nutrientes, existen suplementos a base de vitaminas, minerales y plantas medicinales que solos o combinados que pueden ser una alternativa complementaria y útil para paliar los estados pasajeros de agotamiento y decaimiento.

Entre los principales complementos alimenticios indicados en el tratamiento de la astenia primaveral destacan la jalea real que aumenta la resistencia al a esfuerzo y a la fatiga y el polen.

Entre las plantas medicinales, cabe destacar el ginseng, eleuterococo y rhodiola, considerados buenos adaptogenos.

Hay que tener en cuenta para terminar que la astenia primaveral tiene carácter leve, suele durar unas dos semanas y desaparece sin necesidad de ningún tratamiento. Si los síntomas no mejoran al cabo de un mes, debemos consultar con el médico para descartar que un problema de salud que no ha sido diagnosticado esté causando los síntomas de astenia.

Sagrario Pérez de Agreda Galiano
Centro de Información del medicamento
Colegio Oficial de Farmacéuticos de Ciudad Real

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