RESPUESTA.- La crisis no se ha terminado todavía, pero estamos en la recta final y dicho por parte de una entidad financiera es un buen termómetro, porque aquí no hay intereses políticos, ni partidistas, ni de ningún otro tipo. Yo creo francamente que estamos en el inicio de la recuperación y eso quiere decir que estamos en el final de una etapa de crisis, de una etapa tenebrosa, económicamente hablando, que llevamos viviendo durante muchísimo tiempo. Lo peor de esta crisis ha sido la duración y lo perversa que ha sido en el tiempo que ha durado.
P.- Durante la crisis, Caja Rural de Castilla-La Mancha ha tenido un papel importante, pero se puede decir que ahora más, porque mediante la prestación de sus servicios pueden contribuir en la creación de empleo.
R.- Por supuesto, porque teníamos claro qué queríamos ser. Nosotros tomamos decisiones eficaces en el momento oportuno. Decidimos cambiar nuestra denominación social y dejamos de ser Caja Rural de Toledo para ser Caja Rural de Castilla-La Mancha. Teníamos el nombre registrado desde hacía tiempo e hicimos el cambio, porque vimos que era un momento oportuno para hacerlo. También vimos que era oportuno lanzar el mensaje de que de la crisis se sale y entonces era muy arriesgado decirlo. Ahora puede tener cierto riesgo, pero nosotros apostamos por un mensaje de optimismo y por decir que los tiempos de crisis, también son momentos de oportunidades.
Nosotros empezamos a acometer un proyecto de expansión importantísimo, curiosamente cuando los demás estaban cerrando. En la provincia de Toledo se había dado el caso de que había cincuenta municipios sin ninguna entidad financiera abierta y vimos que era el momento de arriesgar. Este es un oficio de riesgo y para el que hay que tener la cabeza muy fría. Decidimos arriesgar y nos está sorprendiendo gratísimamente. Lo que hicimos fue muy meditado y la gente lo está valorando, porque además estamos aquí para quedarnos, esto no es fruto de un calentamiento de cabeza. Siempre llevamos el mensaje de que no vamos contra nadie, creemos que la competencia siempre es buena y que el tiempo nos está dando la razón. Por ejemplo, esta ciudad de Alcázar de San Juan está a un tiro de piedra de Villafranca de los Caballeros y sin embargo estábamos allí y no estábamos aquí. De igual modo que cuando llegamos a la presidencia, no podíamos aperturar en Aranjuez porque los estatutos no lo permitían. Ahora somos una entidad de ámbito nacional.
P.- ¿Pero siempre teniendo en cuenta a Castilla-La Mancha?
En efecto, hemos hecho una apuesta decidida por Castilla-La Mancha y estamos cada día más contentos con nuestro proyecto y el tiempo nos está dando la razón. Hay cosas que parecen difícil de explicar, como que una de las mayores cooperativas de crédito de España, pero relativamente pequeña en el sistema financiero, esté comprando oficinas, ni más ni menos que al séptimo banco del mundo que es Barclays, y lo estamos haciendo y también estamos creando empleo, mientras los demás lo están destruyendo. Destruir es muy fácil, crear es mucho más difícil y nosotros lo estamos haciendo. El tiempo nos está dando la razón y la sociedad lo está reconociendo así.

P.- ¿Cuál es el secreto para que esto sea así en una época en la que muchos destruyen empleo porque no ven otra alternativa a su situación?
R.- Yo creo que el secreto es lanzar un mensaje creíble. Ésta es una comunidad de pueblos, más grandes o más pequeños, pero de pueblos, y yo siempre hago una separación entre persona inteligente y persona lista y ésta es una comunidad de gente lista. Siempre digo con orgullo que mi madre escasamente sabía escribir, incluso la enseñé yo a hacer hasta su firma, pero era una persona lista como los pájaros, y ésta es una comunidad de gente lista, de gente agradecida y de gente que sabe valorar quien viene a decir aquí estoy yo. Nuestras oficinas no sólo son las de una entidad financiera de uso tradicional, aquí se aconseja.
Hay que sacrificar, en muchos casos, rentabilidad por seguridad, porque ahí tenemos los ejemplos de fuera, y una persona que tiene los ahorros de toda una vida, no se los puede jugar a una carta por un punto o un punto y medio en los tipos de interés. Y ese mensaje es la política que confeccionamos a nivel de Consejo, a nivel de Presidencia y a nivel de Dirección General. Una de las muchas virtudes de nuestro director general, que además es una persona muy joven, es que ha sabido trasladar a la plantilla la política de empresa que hemos creado entre todos; porque de poco nos vale hacer proyectos en Toledo, si por ejemplo, las personas que tenemos en Alcázar no los supieran transmitir, y en Alcázar lo hacen muy bien, como en el resto de las casi 400 oficinas que tenemos ya en Castilla-La Mancha.
P.- Es una apuesta muy clara por una comunidad autónoma que en el conjunto de España no ha estado muy bien vista económicamente en otras épocas.
R.- Nosotros somos una comunidad inmensa territorialmente hablando, pero siempre ha parecido que el campo no valía… Yo soy por encima de todo agricultor y siempre me he revelado porque cuando había un espectáculo en un pueblo, el que salía a hacer de reír a la gente, lo hacía vestido de agricultor. Y me he revelado porque no todos los tontos estamos en el campo y ahora ha pasado este tinglado económico, que creamos entre todos, porque España ha sido una sociedad que se ha desarrollado mucho pero en poco tiempo, con fortísimos desajustes en la economía que han dejado viviendas pendientes de vender para ocho o diez años.
Ahora ya se reconoce que la gente está volviendo al campo y que este sector está soportando mejor la crisis. En esta comunidad tenemos una agricultura importante, un poco de ganadería y una pequeña y mediana empresa, y esto es lo que tenemos y tenemos que estar orgullosos de ello. Posiblemente esta comunidad autónoma salga antes de esta situación penosa, por tener lo que tiene, por tener una agricultura importante, sobre todo en la zona de La Mancha.
P.- ¿Por lo que hay que sacudirse los complejos?
Por supuesto. A nosotros, que estamos incluidos dentro del cesto de la agricultura y la ganadería, nos llamaban los de la boina, porque como además no nos hemos metido en grandes promociones, ni grandísimos proyectos. Pero ahora podemos venir a Alcázar e ir a otros muchos sitios a ofrecer lo que los demás no pueden hacer, porque bastante tienen con sanear sus números.
Nosotros hemos tenido un eslogan durante muchos años, que conservamos, y que es de la cigarra y la hormiga. La hormiga que está trabajando, llevando granitos al granero, porque sabe que luego vendrá el invierno, a diferencia de la cigarra que lleva una vida alegre y fácil, lo que al final lleva a una vida corta. Y esto que pudiera parecer una tontería, en el mundo económico tiene mucha importancia. Porque quererse hacer rico en poco tiempo a costa de dar dinero al que sabes que no va a tener capacidad de devolver y a costa de dar dinero al que ya deberías de saber que no tenía capacidad para afrontar ese proyecto, tiene mucho riesgo. La seguridad en los bienes es importante, pero la viabilidad todavía la valoramos más. Ésta ha sido y seguirá siendo nuestra política y en este tiempo más, porque además nos creemos que empezamos la senda de la recuperación.

P.- Por emplear esta fórmula de trabajo han conseguido ahorrar mucho para prestar mucho y tener bajo índice de morosidad en comparación con la media, ¿no?
R.- Nunca nos ha gustado dar resultados espectaculares, porque por encima de entidad financiera, somos cooperativa de crédito; una definición reglada por ley que incluye una responsabilidad social corporativa que cumplimos. Ahora está mejor, pero el sector vitivinícola ha tenido momentos en los que, no es que trabajaran por debajo de coste, sino que arruinaba a los agricultores.
Una entidad financiera, que está al lado de los agricultores, no podía dar resultados escandalosos. Nuestra política ha sido de ir guardando y por eso han venido las inspecciones del Banco de España y nunca ha habido que dotar nada porque ya estaba dotado de antemano, y eso es lo que nos da fuerza en el futuro y de lo que podemos presumir. Por ejemplo, el índice de morosidad no llega al 4 por ciento, cuando a pesar de la trampa del Sareb, el sistema nacional nos triplica.
Este es el gran secreto de esta política que ha marcado el Consejo de la entidad y del presidente con el asesoramiento del primer trabajador de Caja Rural Castilla-La Mancha que es el director general y a la vez con todo su equipo.