Marta Romero | En Profundidad 15/08/2015
La arqueología es un trabajo lento y minucioso que tarda en dar sus frutos. Una suerte de alquimia que mezcla magistralmente la ciencia con la intuición, que hace visible la historia que el polvo cubrió durante siglos. Iniciar un proyecto arqueológico y conseguir apoyos económicos no es fácil, “en realidad parece que vendemos humo”, comentó para manchainformacion.com Víctor López Menchero, director del proyecto de las excavaciones de Piédrola, en Alcázar de San Juan (Ciudad Real).
 
 
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No le falta razón, porque el interés por este paraje se despertó ya en las décadas de los 70-80 del pasado siglo XX, cuando comenzó a especularse con la existencia de una villa romana en este yacimiento, que no ha podido confirmarse hasta el verano de 2015. Pero López Menchero ha sabido trasladar su pasión y su fe científica, no sólo a las instituciones, sino a todo aquel que le escucha; ha transformado el humo en evidencias, en ilusión por seguir buscando el tesoro escondido de Piédrola, un kilómetro cuadrado con más de 4.000 años de historia latente bajo los cultivos.

Hay pocos investigadores que sepan comunicar al gran público su trabajo y sus descubrimientos con tanta claridad y pasión como Víctor López Menchero. No son sólo sus explicaciones, ni el tono de su voz pausada y llena de sentido. Hablan sus ojos, su sonrisa, su postura corporal, sus gestos. No es sólo un arqueólogo amante y conocedor de la historia, un trabajador minucioso y racional que sabe conjugar perfectamente la ciencia con la magia (aunque no reconozca en público su parte intuitiva. Prudencia de investigador). Pero, sobre todo, es un gran comunicador que, sin quererlo, contagia la pasión por su trabajo a todo aquel que le escucha embelesado.

Da igual que hable de la necrópolis islámica de finales del siglo X de nuestra era, descubierta el pasado verano en Piédrola, de la villa romana de la época imperial (Siglos III y IV dC) hayada recientemente en el mismo lugar o de los restos de la Edad del Bronce –todos ellos documentados- que de hipótesis por demostrar como la existencia de poblados ibéricos anteriores a los romanos y asentamientos primitivos de más de 4.000 años. Al final, tienes la sensación que todo es verdad, que ese tesoro histórico está enterrado bajo tus pies y casi puedes vislumbrar las edificaciones y el movimiento de las gentes guiado por sus palabras.


VILLA ROMANA

El descubrimiento de la villa romana de Piédrola, reafirma la historia de Alcázar de San Juan como un importante núcleo de romanización en la península. Ya se probó en los años 50 del pasado siglo la existencia de otra villa bajo las casas y edificios del barrio de Santa María, de donde se extrajeron los mosaicos que se muestran en el museo municipal y en el arqueológico de Ciudad Real. Pero si esto ya es importante, lo es más aún que la de Piédrola pudo tener mayor esplendor y pertenecer a un rico portentado romano, como se deduce por algunos de los restos de cerámica y mosaicos encontrados. Y no sólo eso, sino que al encontrarse bajo tierras de cultivo, facilita su musealización y la posibilidad de convertir el paraje en un parque arqueológico.



Fragmento de mosaico bicromático (blanco y negro) encontrado en las excavaciones de Piédrola

Revela que la villa romana estaba al cargo de alguien influyente y adinerado. Se deduce del milimétrico tamaño de las teselas –inferior a los encontrados en la villa de Santa María- que requieren un trabajo artesanal muy minucioso para la confección de un mosaico completo, lo que encarece su producción.



Fragmento de cerámica de terra sigillata

Por la finura de la alfarería y los motivos de aves –atípicos en este tipo de artesanía romana- se apoya la teoría de la importancia del mandatario de la villa, así como la de su riqueza. Por su forma, el fragmento pudo pertenecer a un cuenco. Como ya se ha mencionado, la sofisticada decoración con el dibujo de unas aves (podría ser un ibis, ave sagrada del antiguo Egipto) denota que no se trata de una pieza cualquiera y que seguramente se importó de otros lugares del Imperio Romano.

“Tenemos la sensación que la villa romana de Piédrola fue muy poco expoliada en su época, al contrario de lo que ha sucedido en otros lugares de España. Normalmente, cuando los romanos abandonaban un asentamiento, los esclavos y pobladores de menor rango que se quedaban en la zona cogían todo lo que podían para sobrevivir. Primero se hacían con los objetos de valor, cerámica, etc. y luego con los elementos estructurales propios de los edificios, mosaicos, mármoles, etc. Sin embargo creo que esto no fue así en este yacimiento y si seguimos excavando es probable que nos llevemos algunas sorpresas”. Sorpresas como encontrar intactos algunos suelos de mosaicos, cerámicas y otros objetos; aunque esto no lo confirma López Menchero, se deduce del brillo de sus ojos y de la pícara sonrisa que exhibe cuando se le hace la pregunta directa mientras responde “no lo sé, es sólo una hipótesis”.

TRABAJO PREVIO

Gran parte del éxito de las excavaciones lo atribuye López Menchero al trabajo de investigación previo realizado, sin apenas subvención, en el año 2013. “En realidad es cuando empezó a gestarse todo el proyecto, aunque no tuviera repercusión mediática”, apunta. El estudio preliminar fue un trabajo concienzudo de documentación y planificación estratégica, para saber exactamente las zonas más convenientes para realizar las primeras catas. “Intentamos conseguir el mayor nivel de detalle posible, con los medios de los que disponíamos, que no eran muchos, dedicando muchas horas y esfuerzo”. Un trabajo que sirvió para convencer, con acierto, al Ayuntamiento de Alcázar de la importancia histórica del yacimiento de Piédrola y que tomara la determinación de apostar por el proyecto. “Empezamos la casa por los cimientos, no al revés”.

OTROS DESCUBRIMIENTOS

Piédrola no es sólo villa romana, “hay mucho más. Aquí lo tengo todo”, sonríe López Menchero, “hay más de 4.000 años de historia enterrada en este amplio yacimiento, ese es su valor y su riqueza”. El arqueólogo transmite su amor por el conocimiento de la historia, en especial por los procesos de transformación social de unas sociedades a otras, por la evolución de la humanidad. Los descubrimientos en este sentido abren una nueva etapa en la historia de Alcázar de San Juan y de La Mancha, cambiando el concepto clásico de “zona de paso” y “campo de batalla”, por otro basado en los asentamientos de diferentes civilizaciones.

Así lo prueban otros descubrimientos como los restos de materiales del período calcolítico y de la Edad del Bronce o la aldea islámica medieval, de la que hasta ahora se ha encontrado la necrópolis y un silo de almacenamiento de trigo, que prueba la hipótesis que se trataba de una comunidad agrícola de la época nazarí (S. III y IV dC). “Lo que nos falta por encontrar son las viviendas, el núcleo urbano en sí”.

López Menchero va más allá y está convencido que Piédrola esconde asentamientos mucho más primitivos, “de más de 4.000 años”. Nadie se atrevería a desmentirlo o a desconfiar de su olfato.



PARQUE ARQUEOLÓGICO

El hallazgo de la villa Romana hace razonable que se pueda empezar a hablar de un parque arqueológico, iniciando las excavaciones y el descubrimiento de esta zona del yacimiento de Piédrola. Un ambicioso proyecto para el que habría que buscar financiación, no sólo del Ayuntamiento, sino de otros estamentos como la Diputación Provincial de Ciudad Real, la Junta de Comunidades de Castilla La Mancha, el Ministerio de Cultura o subvenciones procedentes de fondos europeos.

No es una labor que pueda llevarse a cabo a corto plazo, pero puede ser el inicio de una importante inversión cultural y turística que repercutiría positivamente en la dinamización de Alcázar de San Juan y en su economía. La idea de López Menchero al respecto es la de “recuperar” piezas que están en manos de particulares, “que en su momento se llevaron de este yacimiento”, para completar la musealización de la villa. Una recuperación que debería realizarse a través de donaciones, puesto que la ley no permite vender, ni hacer negocio, con lo que forma parte del patrimonio. La iniciativa ya ha empezado a promoverse.

Pase lo que pase –aunque sería absurdo desaprovechar la oportunidad para seguir investigando y destapando nuestra historia- Piédrola ha comenzado a revelar sus secretos y a mostrar la magia y la riqueza que esconde. Un tesoro intuido por todos los alcazareños, que el convencimiento y la determinación de Víctor López Menchero –al que siempre tendremos mucho que agradecer- ha sacado a la luz.


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