Marta Romero | En Profundidad 31/01/2016
Hace tan sólo unos días se hizo pública la noticia de la vuelta de la Estación de Viticultura y Enología, conocida como la Enológica, a Alcázar de San Juan, después que en 2012 el Ejecutivo de María Dolores de Cospedal la cerrara, afectando a siete trabajadoras. También se dio el nombre del que será el director de este organismo en esta nueva etapa, Alipio Lara, que afronta este reto con ilusión y con el objetivo de “recuperar” la actividad y el prestigio que esta estación tuvo durante 85 años y “dejar en marcha un laboratorio que responda a las necesidades del sector vitivinícola”.
 
 
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Para Alipio Lara, la dirección de la Enológica supone la “vuelta” al lugar donde empezó a trabajar con 21 años, recién licenciado en Químicas; cerrando así su ciclo laboral porque, como dijo a manchainformacion.com, “me quedan unos años para jubilarme y jamás pensé que se confiaría en mi para esta responsabilidad”.

Dirigir la Enológica tiene para Lara, además de este componente emocional, los tintes de “una gran aventura” y es “un aliciente motivador” para despedirse de su profesión, aportando su experiencia para “levantar de cero” la Enológica y dejarla a pleno rendimiento.

Primeros pasos

¿Por dónde empezar? De momento se está restaurando el edificio que durante décadas albergó este laboratorio que, por el abandono sufrido estos años, está impracticable. “Hay que arreglar goteras, restaurar muros, mobiliario, etc.; limpiar la casa para poder empezar”. El siguiente paso será recuperar los equipos que se llevaron a Toledo y adaptar la maquinaria a las actuales exigencias del mercado; el Consejero de Agricultura, Francisco Martínez Arroyo, ya adelantó que se hará una inversión de 250.000 euros con este fin.

A partir de ahí, Lara explica que “tenemos que hacer un estudio de la demanda que existe y cómo atenderla y hablar con las trabajadoras que fueron despedidas, que conocen el funcionamiento de la Enológica, para ver cuál es su disposición actual para reincorporarse al trabajo. Es posible que, en un principio, no se comience con toda la plantilla, hasta que el laboratorio recupere su plena actividad y el auge que tenía. Cuando esto sea así, serán necesarias entre 6 y 7 personas para su funcionamiento”.

Lara calcula que, para el verano, el edificio ya estará restaurado y equipado y se podrá empezar a trabajar, en previsión de la campaña de vendimia, que es cuando empieza el movimiento del sector y los análisis del vino se vuelven indispensables de cara a la exportación.

Por otro lado, el objetivo de la Junta de Comunidades es conseguir la acreditación que aporte un plus a este laboratorio y le devuelva su sitio como Estación Enológica. Un proceso que puede llevar en torno al año y medio pero que, el nuevo director, confía en que podrán acortarse estos tiempos. “Aquí no se empieza de cero, porque se aporta experiencia y el laboratorio ya estuvo acreditado. Sabemos cómo conseguirlo y nos avala el trabajo previo”.

Objetivos

El principal objetivo de Lara es conseguir, antes de su jubilación, que la Enológica vuelva a estar al nivel que en 2012 “o mejor”, dotándola con nueva tecnología que permita ofrecer calidad en los diferentes procedimientos de análisis. “Mi lema es que cualquier persona que llegue al mostrador de la Enológica solicitando un servicio se le pueda ofrecer. Si no estamos en disposición de hacerlo en ese momento, hacer lo que sea necesario para poder ofrecerlo a corto plazo”. Y es que el sector del vino avanza y cambia con los tiempos; cada vez se requieren analíticas más sofisticadas para introducir los productos en el mercado exterior y la Enológica “necesita adecuarse a la demanda, porque tenemos que dar un servicio de calidad a viticultores y bodegueros. Si el día de mañana nos piden que tenemos que buscar oro en el vino, habrá que hacerlo”, señala Lara con visión de futuro y espíritu de alquimista, que algo de esto tienen los químicos. “No debemos ponernos límites, aspiramos a todo”.

Pero la “implicación con el sector” de la que habla el nuevo director de la Enológica no es sólo en cuanto a los métodos de análisis, sino en cuanto a la “atención personalizada” a bodegueros y viticultores. “Los viticultores están trabajando mucho estos años para mejorar su producción y adaptarse a los mercados, controlando los métodos de plantación, la calidad de la uva y cuidando los métodos de elaboración. Debemos ser generosos con ellos y asesorarles adecuadamente, hacer que se sientan seguros con el trabajo que ofrecemos, recuperar su confianza. Que tengan la seguridad que cuando llevan su producto a cualquier país del mundo, incluso los más exigentes, nuestro análisis avala su calidad y defiende su valor. Este es el fin último del trabajo de una Estación Enológica, el control de calidad y la defensa del producto”.

Innovación

Así, Alipio Lara, ya se ha puesto manos a la obra y tiene en su cabeza la Enológica del futuro, una Estación acreditada, funcionando a pleno rendimiento y dotada con todas las técnicas necesarias para el sector, abierta a la innovación y la mejora constante. “No importa si un análisis lo demandan 20.000 personas al año o sólo 10, hay que ofrecer el mismo servicio a unos y otros. Claro, que esto no lo vamos a hacer al principio, es lógico que hay que priorizar las técnicas más urgentes, pero tenemos que estar al día de procedimientos de análisis incipientes que puede que, en unos años, tengan también una alta demanda. Debemos evolucionar con el sector, como siempre ha hecho la Enológica de Alcázar de San Juan, para que el proyecto tenga continuidad y proyección de futuro, como es la intención”.

La ilusión, la experiencia y la capacidad de trabajo del nuevo director de la Enológica se trasluce en sus palabras y en su aptitud. Inicia una nueva etapa que no puede calificar por menos que “interesante” y que ve como “una oportunidad para despedirme de una profesión que amo poniendo el broche de oro”. Después, ya vendrán otros proyectos que tiene en mente, porque Alipio Lara es una persona inquieta, “algún día escribiré un libro sobre el vino y El Quijote, pero, de momento, mi incentivo es sentirme útil volviendo a dar vida a la Enológica de Alcázar que pensé ya se había dado por perdida”.

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