Francisco José Atienza Santiago | José Fernando Sánchez Ruiz | El Quijote y Cervantes 20/04/2016
En la historia y en la vida hay personajes y trabajos que por un pasan desapercibidos para el gran público, este es el caso de dos alcazareños que fueron los principales artífices junto a su fundadora Francisca Romero Gaytán de la fundación del antiguo Convento de Trinitarias Descalzas de Madrid, lugar donde dice la tradición que fue enterrado Miguel de Cervantes Saavedra.
 
 
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Personas de las que no se encuentran sus nombres en ninguna biografía del autor, y sólo son referenciados en los trabajos de Ángel Ligero Móstoles, que fue quien con sus investigaciones, determinó que fueron los hermanos Quiñones, capellanes los que dieran forma al citado antiguo convento trinitario.

Entre los documentos del Archivo de Protocolos Notariales de Madrid encontramos una carta de poder de fecha de 3 de octubre de 1612 donde Francisca autoriza al licenciado alcazareño don Antonio de Quiñones para tomar a censo, de 20000 el millar, 7000 ducados de principal, sobre sus juros y tierras.

Estamos en los orígenes de la fundación del convento trinitario de Madrid, como se demuestra en una primera escritura fundacional dada unos días después el 17 de octubre de 1612, donde Francisca dota entre sus bienes de 1500 ducados anuales al monasterio de renta perpetua para su construcción, un caso curioso dentro de esta primera escritura fundacional, donde dice literalmente …y desde ahora nombro por uno de los dichos capellanes al licenciado Antonio de Quiñones, clérigo, por todos los días de su vida…. Francisca nombra como capellán del convento a Antonio de Quiñones y lo establece en una de las cláusulas de esta escritura.

También especifica: … y les doy unas casas donde se haga y fabrique el dicho monasterio, que son las que tengo tratado y concertado de comprar de Francisco de Santander, vecino desta dicha villa de Madrid, en la parroquia de San Sebastían, que sale a dos calles, que son y se llaman la de Cantarranas y las Guertas, y atraviesa la del Amor de Dios…. Este último Francisco Santander casado con Ana del Valle, según Ligero con ascendencia alcazareña, desarrolló la labor de juez de bienes de moriscos, cargo que se dedicaba a hacerse cargo de los bienes que los moriscos tenían en las antiguas villas, una vez que estos eran expulsados. Así aparece documentado en Villarrubia de los Ojos y en Alcázar de San Juan. La actividad de Francisco Santander en la villa de Alcázar viene reflejada en diversa documentación que se encuentra en el archivo municipal de Alcázar y que recoge Mª Soledad Salve en su trabajo sobre la plaza vieja de Alcázar, donde figura Santander como protagonista en la construcción de las denominadas “casas de Ayuntamiento” que eran los cuartos adosados a la antigua torre del ayuntamiento, vendiendo unas casas que eran de moriscos como la de Isabel Ramos, la morisca.

En esta construcción aparece también una casa-tienda que tenía en esta plaza vieja María Díaz “La Rubia” mujer de Juan del Pozo, arriero, trasunto de un personaje del Quijote, que Ligero en su día identificó relacionándolo con la casa donde dice la tradición alcazareña que nació el Miguel de Cervantes, en la antigua plaza de las rubias o del rosquero. En la misma línea apunto Ligero que su hermana Isabel “La Rubia” era la esposa de Pedro Hidalgo Saavedra y que vivían en la actual plaza denominada Cervantes de Alcázar de San Juan.

Pero el archivo de Protocolos notariales de Madrid seguía dando sus frutos para los trabajos de Ligero, que encontró diversas tipologías documentales que daban forma a la fundación del Monasterio de Trinitarias Descalzas de Madrid, como las cartas de pago.

Con fecha de 4 de noviembre de 1612, hay una carta dada a Alonso de Torres (que según Ligero fue mayordomo del convento de la Inmaculada Concepción de Alcázar y que en estas fechas residía en Roma) por Francisca, dándole carta de poder para que apelara ante los tribunales pontificios, por las diversas contradicciones y problemas que le estaban sucediendo para conseguir la fundación del citado convento. Este documento es clave en determinar la procedencia de los dos protagonistas de este artículo ya que en esta carta aparecen como testigos Antonio y Cristóbal de Quiñones.

Sepan quantos esta carta de poder vieren como yo doña Francisca Romero viuda, mujer que fui de don Alonso de Gúzman y Ávalos, gentil hombre de la casa de su Majestad, difunto, vecino que fue y yo los soy desta villa de Madrid, Corte de su Majestad. Digo que por quanto mediante la gracia y bendición de Dios Ntro. Señor, yo he tratado de hacer y fundar un monasterio de monjas trinitarias descalzas en esta dicha villa para lo cual yo tengo pedida licencia al Rey Ntro Señor….

…Por tanto, otorgo y conozco, por esta presente carta, que doy y otorgo todo mi poder cumplido según que yo le doy tengo, y derecho en tal caso se requiera, a don Alonso de Torres, residente en la ciudad y corte de Roma y a quien él sustituyere temporalmente pa que por mi y en mi nombre y como yo misma, representado mi propia persona pueda parescer y parezca ante Su Santidad y ante su Real Consejo y colegio de los cardenales y ante su Real Tribunal de la Rota y ante otros cualesquiere sus jueces….
…en la villa de Madrid a dieciocho del mes del mes de noviembre de mil y seiscientos y doce años. Testigos que fueron presentes los susodichos el licenciado Antonio de Quiñones de Alcázar y Cristóbal de Quiñones de Alcázar y Pedro de Guertas, vecinos y residentes de esta dicha villa…

En otra carta de pago de 29 de febrero de 1613, se demuestra la implicación del capellán en la construcción del convento...al licenciado don Antonio de Quiñones de haber satisfecho, 5.000 reales invertidos en comprar yeso, maderas, tablas, clavazón y mano de oficiales, que trabajaron, un mes, seis y ocho peones y maestros de hacer la iglesia del monasterio que he fundado en las dichas casas y en atajos, tabiques y otras cosas que se han hecho.

Una sucesión de documentos claves que determinan cuales fueron los orígenes del monasterio de trinitarias descalzas de Madrid, donde entre las cláusulas del documento de fundación, se establecían las familias que tenían derecho a ser enterradas en el monasterio, quedando prohibidas a ninguna otra. Y llegados a este punto de este artículo conmemorativo del cuarto centenario de la muerte de Cervantes; a todos nos llega una enorme pregunta.

¿Por qué se entierra a Cervantes en el convento de Trinitarias Descalzas de Madrid? Si la familia Cervantes no está entre las familiar con derecho a ser enterradas, según el documento fundacional.


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