manchainformacion.com | Política & Legal 15/07/2020
 
 
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Si ya es difícil decidir qué decisión adoptar con un mayor dependiente: mantenerle en su casa con las ayudas necesarias, llevarle a casa de uno de sus hijos o de todos por turnos, a una residencia... más aún en tiempos recientes, en el que muchos lo que se están planteando es si sacar a sus mayores de lo que han sido focos de contagio, las residencias.

La vejez es dura, tanto para uno mismo como para los que rodean a la persona en cuestión. Y suele llegar un momento en el que los hijos o familiares de mayores dependientes tienen que decir qué es lo mejor dadas las circunstancias. El conflicto que puede surgir es evidente. Pues no todos pueden estar de acuerdo en qué es lo mejor y para quién. La Mediación puede ayudar a buscar una solución a través del diálogo y la ayuda de un tercero imparcial, que tendrá en cuenta los intereses y necesidades de las partes y de la persona dependiente y que velará por el interés común, pues no representa ni asiste legalmente a ninguna de las personas involucradas.

Hasta que la mujer se incorporara al mundo laboral, no había debate: serían ellas las que cuidarían de sus padres y de los de sus maridos. Pero la situación ahora es bien distinta. Y el ritmo de vida también. También los medios y servicios que van ofreciendo las residencias, pues no sólo son hogares, si no también lugares donde estimulan cognitiva y físicamente a las personas y donde reciben cuidados de profesionales especializados (medico, enfermera, psicólogo, fisioterapeuta, terapeuta ocupacional, auxiliar de enfermería, podólogo, peluquería...). En cualquier caso, hay que saber que, conforme al artículo 143 del Código Civil, están obligados recíprocamente a darse alimentos (...) 1.° los cónyuges y 2.° los ascendientes y descendientes, entendiéndose por alimentos, conforme al art. 142 del citado texto legal “todo lo que es indispensable para el sustento, habitación, vestido y asistencia médica”. Aunque no debemos olvidar que tan importante o más que a dar los mejores cuidados disponibles es dar cariño, acompañar…

Cuál sea la mejor solución depende de cada caso. Hay muchas cosas a tener en cuenta como las patologías y el grado de dependencia de la persona en cuestión – no es lo mismo que requiera que le hagan la comida, le limpien el baño y le preparen la medicación a que sea dependiente de las ABVD (actividades básicas de la vida diaria), sus medios económicos, la posibilidad de adaptar su vivienda a las nuevas necesidades,… pero también los recursos económicos y la disponibilidad espacio temporal de los hijos. En mediación se tratará el conflicto teniendo en cuenta que cada núcleo familiar es distinto y que éste también se tomará en cuenta a la hora de adoptar un acuerdo, pues no sólo estamos hablando de la vida y día a día de los hijos cuyos padres necesitan ayudan, sino también de la vida y día a día de esos hijos y sus familias. Si la persona dependiente tiene la capacidad para razonar y expresarse por sí misma, también estará la opción (y casi el derecho-deber) de que sea escuchada en el proceso de Mediación. Y puede que ella misma gracias a la cual se llegue a parte de la solución. De hecho, tal y como manifiesta una amiga, enfermera con experiencia en Residencias de Mayores “los que están cognitivamente bien refieren estar mejor en la residencia (que en sus hogares o los hogares de sus hijos o familiares) porque son conscientes de que es lo mejor para ellos y para sus familiares; además también son los que más se aprovechan de los cuidados ocupacionales y disfrutan mucho haciendo amigos”. Uno de los mayores miedos es la soledad y son muchas las alternativas que hay para evitarla o mejor, aprender vivir con ella.

También puede ser objeto de un proceso de Mediación la decisión de recoger o no a un mayor dependiente de una Residencia – foco de contagios- para llevarlo a casa. Es algo que están valorando muchas familias a raíz de la pandemia mundial especialmente agresiva con las personas de tercera edad. No es una decisión fácil; si lo dejan allí, está el miedo de que se contagie y ya no puedas volver a verlo, ni siquiera para despedirle. Si lo recogen, deben valorar cuestiones como si el trabajo les permite un aislamiento - pues entrar y salir supone ponerles en riesgo-, si pueden o no adaptar la casa, horarios y organización a sus necesidades, si saben cómo paliar la agudización en caso de que enferme mientras pueden atenderle en el Hospital…

En Mediación analizaremos y debatiremos las distintas opciones y las posiciones de cada una de las partes. Y seguro que logramos la mejor solución para ellas y sus mayores. Cada caso, persona, situación, familia… es un mundo, y la Mediación es un traje a medida, que se adapta a todo ello para buscar la mejor alternativa. Seguro que con paciencia, interés y responsabilidad conseguiremos llegar a un acuerdo que haga que ese mayor dependiente pase sus últimos años de vida de la mejor manera posible. Quién mejor que sus hijos o familiares para decidir sobre su bienestar y qué mejor que la Mediación para que los problemas encuentren solución, para que el desgaste del conflicto no termine por romper la relación familiar y haga que nos olvidemos de los más importantes: aquellos que años atrás hicieron todo por y para nosotros.

Dad mucho amor a vuestros mayores, ¡nos necesitan más que nunca!; y aunque no podemos darles años de vida si podemos darles vida a sus años.

¡ELIGE MEDIACIÓN!: una vía pacífica, abierta al diálogo y a la gestión de emociones, en la que los mediados, con la intervención de un profesional imparcial, el Mediador/a, intentarán llegar a un acuerdo justo, equilibrado y legal.

¡RECUERDA!: ofrezco una primera sesión informativa gratuita, la posibilidad de sesiones online y gran disponibilidad horaria.

DESPACHO DE MEDIACIÓN FAMILIAR, CIVIL Y MERCANTIL

Telf.: 607487386 // Email:jimenaroman.mediacion@gmail.com

C/PIOIII, nº7-Alcázar de San Juan

“La mejor victoria es aquella en la que todos ganan”- Salomón.



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