El cantautor y poeta Alfredo Sánchez protagonizará el recital “Canciones y Versos: La vida” este viernes día 19 de noviembre en Alcázar de San Juan. Es miembro del grupo Guadiana y del proyecto literario “Encuentro de Poetas Oretania”. El recital tendrá lugar en la Sede del Ateneo de Alcázar de San Juan, el viernes día 18 de enero, a las 20:00 h.
BIOGRAFÍA
Alfredo Sánchez es nacido en Castellar de Santiago, Castellar de los Pucheros para los amigos, como a él le gusta decir. Dice que escribe versos desde cuando ni se acuerda, aunque siempre formaron parte de su más celosa intimidad hasta su ingreso en el Grupo Literario Guadiana, en febrero de 2014, donde, gracias al estímulo y el apoyo de los compañeros que allí encontró, decidió echarlos a volar. Es en la actualidad el coordinador de su revista de creación literaria Manxa.
Además de su inclusión en una veintena larga de poemarios colectivos y su participación en publicaciones y revistas literarias, ha publicado cinco poemarios individuales, dos de ellos, Entre tú y el mar, con Ed. Lastura y Territorios, con la Biblioteca de Autores Manchegos, en el último año, 2021, en plena pandemia (¡también es mala suerte!). Tiene una colección de más de un centenar de composiciones propias que abarcan los temas más variados, como ahora veremos.
Forma parte activa también de dos de las entidades culturales más emblemáticas, queridas y representativas de nuestra ciudad, los Amigos de Javier Segovia, con los que canta desde 2018, y la rondalla del grupo Mazantini. Participa en toda clase de actos literarios y musicales donde se le reclama. Tiene un lema: “Si sé y puedo, estoy”.
Para el recital del viernes, Alfredo Sánchez nos presenta un recital de música y poesía bajo el título “CANCIONES Y VERSOS: LA VIDA”, un repaso esencial a la creación musical y poética de toda una vida: su vida.
Una selección de canciones, cuidadosa y muy difícil de elegir, de entre los más de cien temas propios que componen su cancionero, y de versos escogidos de su creación poética, en este homenaje a la vida que es siempre razón de su existencia, esta recreación jubilosa de los muchos destinos que puede tener, de las muchas maneras en que se puede manifestar el amor, motor poderoso que genera siempre lo mejor que hay en nosotros. El amor, como piedra angular de la vida, como una pureza interna que en sus infinitas manifestaciones nos busca para completar ese “yo” bueno donde siempre querríamos residir. Y no un amor ñoño y sobado, de folletín, sino el amor sentido como algo grandioso, casi solemne y luminoso. El amor a la tierra, a la vida, a los hijos, a la compañera, a la edad perdida, al mundo que te rodea, a los amigos, a la nostalgia. Ese sentimiento que vivifica y nos inunda, siempre, de la alegría de su presencia. Somos capaces de dar.










































































