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Para elegir una rutina adecuada en materia de dermocosmética, lo primero que debemos hacer es ponernos en manos de profesionales para conocer el estado de nuestra piel, no se puede adoptar una misma rutina para personas distintas, por lo que… “prueba esta crema que me va genial”, no vale. Lo ideal sería primero dermoanalizarla y además, con relativa frecuencia, porque el estado de nuestra piel cambia , por distintos motivos y en distintas épocas del año nuestra piel tendrá necesidades distintas.
El dermoanalizador es un procedimiento muy simple, pero nos aporta muchísima información, y en pocos pasos podemos tener conocimiento sobre la hidratación, firmeza, manchas, grasa, y otros parámetros. Por eso, es muy importante este paso para empezar a tratar nuestra piel con una rutina personalizada.
La recomendación durante la mañana, es limpiar bien la cara, ya que hay células muertas desprendidas durante la noche, y restos de crema que nos hemos aplicado el día anterior.
Es recomendable el uso de antioxidantes, como la vitamina C, niacinamida y ácido ferúlico, estos actúan como si fueran un cemento que repele el exposoma, es decir, aquello que debemos evitar: polución, humo, estrés, además de aportar mucha luminosidad.
También podemos aplicar ácido hialurónico o proteoglicanos, ya que nos aportarán toda la hidratación que necesitamos, y además atenuarán nuestras arrugas. Pero lo esencial es utilizar un buen protector solar, ya que esto es primordial frente al envejecimiento de nuestra piel.
Deberemos reaplicarlo cada dos horas para conseguir un efecto óptimo los 365 días del año, haya o no sol, nos quedemos en casa o no, ya que nos protegerá de la radiación de los dispositivos electrónicos.
Por la noche es cuando nuestra piel descansa y se regenera, optaremos por la doble limpieza. Esta consiste en aplicar primero una base oleosa para poder retirar el maquillaje la suciedad y la polución, y, en segundo lugar, limpiar con base acuosa para retirar el sobrante y refrescar.
El último paso será antes de acostarnos: optaremos por transformadores epidérmicos como los alfahidroxiácidos (el más conocido es el glicólico) que producen una exfoliación suave y luminosidad o los retinoides que retexturizan nuestra epidermis, esto significa que la piel se ve más jugosa, atenúa las manchas, y además disminuye las arrugas. Los retinoides son los principios activos anti edad por excelencia, es muy recomendable utilizarlos con los factores de crecimiento y los péptidos ya que renuevan la epidermis y tienen efectos calmantes.
Si una persona no dispone de mucho tiempo para llevar a rajatabla su rutina diurna, siempre recomendamos lo mismo: el uso del protector solar, ya que nos protege frente al sol, que es el que más daño produce en nuestra piel. Existen fotoprotectores adecuados para cada tipo de piel, no importa que tengas rosácea, piel seca, piel grasa, acné…además desde la oficina de farmacia estamos asistiendo al gran avance que se está produciendo con los fotoprotectores y la conciencia que hay frente al daño solar, hay fotoprotectores antienvejecimiento que atenúan manchas, son antiarrugas y además súper hidratantes con ácido hialurónico, un todo en uno.
De todo lo que hemos hablado yo me quedaría con dos cosas fundamentales:
-Hay que usar fotoprotector todos los días, los 365 días del año
-Tenemos que ponernos en manos de farmacéuticos expertos en dermofarmacia para que nos realicen nuestra rutina personalizada y más adecuada a nuestra piel.
María Gragera Pando
Farmacéutica comunitaria de Ciudad Real
Colegio oficial de farmacéuticos de Ciudad Real
