Con gran solemnidad, portado por sus anderos, el Santísimo Cristo de la Expiación salía de Santa Quiteria pasadas las once de las noche; curiosamente, tras finalizar el partido de fútbol que enfrentó a Madrid y Barcelona en la final de la Copa del Rey.
La primera estación del tradicional Vía Crucis del Cristo se rezó en la iglesia. Las caídas, la ayuda del Cirineo, la Verónica y otras, fueron rezadas por diferentes vecinos de Alcázar a lo largo del itinerario procesional que, en sus ventanas y balcones señalaban la parada de las estaciones con un estandarte rojo con la cruz del Cristo.
La procesión discurrió por las calles Hermanos Galera, Aduana, Rondilla Cruz Verde, General Alcañiz, Emilio Castelar, Plaza de España y vuelta a Santa Quiteria. La devoción de los vecinos se hizo notar en el silencio con que recibieron el paso portado a hombros por los anderos, en el fervor con que leyeron cada estación del Vía Crucis y en las sentidas saetas que interpretaron al Cristo crucificado que simboliza la expiación de los pecados humanos.
La procesión del Santísimo Cristo de la Expiación es una de las más sencillas de Alcázar que, sin embargo, cuenta con un importante componente emocional y es seguida por los fieles con auténtica devoción.