La Noche del Jueves Santo alcazareño de 2014 será difícil de olvidar. La Cofradía de Jesús Caído, la Verónica y la Dolorosa hizo un gran esfuerzo, especialmente los costaleros de la Virgen, para darle a su recorrido procesional una gran vistosidad.
Poco después de las diez de la noche, después de alzar a la Virgen en señal de respeto cuando Jesús orando en el huerto cruzó la calle San Francisco, a la altura del templo; partían los pasos para realizar el itinerario previsto. A su paso, la Virgen fue venerada por fieles y público que llenaban las calles. Las saetas dieron color de Semana Santa a una procesión llena de emotividad.
Ya en la Plaza de España, se produjo el primer encuentro entre la Virgen y su hijo caído que supuso un gran esfuerzo por parte de los costaleros que fueron coreados y aplaudidos. No en vano, tras recorrer la calle Castelar, el cansancio hizo mella entre sus filas y, en el tramo final del recorrido, tuvieron que hacer algunas paradas, no previstas, para coger fuerzas y prepararse para el segundo encuentro que tuvo lugar a su regreso al templo de San Francisco.
La noche acompañó y la gente llenó las calles a lo largo de todo el itinerario y pudo disfrutar de esta vistosa procesión que lució en todo su esplendor.