Según informa cultoro.com, después de más de un año sin apoderado y en el que Luis Miguel Vázquez se ha tenido que encargar de esa labor, ha querido dar un giro a su carrera poniéndola en manos de Bernardino Galán.
La decisión está fundamentada en la buena amistad que les une a ambos, y por ello han sellado el acuerdo con el típico apretón de manos.
Un contrato sin fecha de caducidad, puesto que es por tiempo ilimitado y “creyendo en las posibilidades del torero”.
Con gran ilusión afrontan ambos este nuevo compromiso de cara a la nueva temporada, donde el daimieleño tiene como aval el triunfo en la Feria de Ciudad Real y la de su localidad natal.





































































