Puntual, a las 11 de la mañana, salía la Borriquilla de la iglesia de Santa Quiteria. Acompañándola los niños ataviados de hebreos al uso de Jerusalén en la época en que vivió Jesús y un nutrido grupo de personas con palmas y ramas de olivo.
Todo discurrió según manda la tradición, ropa de estreno y un radiante sol que se sumó a la celebración del Domingo de Ramos.