“No hay mayor dolor para una madre que ver sufrir a su hijo”. Con estas palabras concentró el Padre trinitario Vicente Elipe la esencia de la procesión más esperada de la Semana Santa alcazareña, la de Jesús Nazareno, acompañado siempre por su doliente madre. Una soleada mañana de Viernes Santo que preconiza la próxima muerte en la cruz del hijo de Dios. El padre Elipe quiso centrarse en la figura de María Santísima de Los Dolores, como ejemplo de tantas madres y mujeres fuertes, seguras y valientes. Mujeres que luchan en silencio y a las que, en demasiadas ocasiones, la sociedad maltrata y desprecia.
Las palabras de Elipe hicieron más emotivo el encuentro entre Jesús y su Madre, arrancando algunas lágrimas entre las costaleras que, exhaustas por el esfuerzo, no pudieron contener la emoción. Emotivo fue también la canción de Martín Valverde titulada «El diario de María» que cuenta los pensamientos y emociones vividas por la Virgen María en las últimas horas de la vida de Jesús, que desde el balcón interpretó Pilar Monge a la Virgen y a su hijo.
El numeroso público que se concentró en las inmediaciones de la Plaza del Altozano y la iglesia de San Francisco para asistir al encuentro, mostró también con aplausos y devoción la emoción con que vivieron el momento, el más señalado de la procesión de Jesús.
Como cada año, el día más importante de la Semana Santa alcazareña culminará con el Santo Entierro y la procesión del Silencio.