El tiempo dio una tregua y eso permitió que el Cristo de la Expiación pudiera hacer su estación de penitencia con el rezo del viacrucis por las calles de Alcázar de San Juan. La procesión estuvo llena de sentimiento para esta Hermandad que recordó la pérdida de su capataz, Fructuoso Castellanos hace tres meses. Por este motivo, el paso del Cristo llevaba un crespón negro con una rosa marchita en sus pies. Al finalizar el viacrucis, el nuevo capataz Manuel de la Guía le entregó una rosa a Nicolás Castellanos, hermano del fallecido. Destacar que el alcalde Diego Ortega portaba dicha imagen.
Las saetas tampoco faltaron este año para el Cristo de la Expiación en la voz de Feli y Pili Zapata. La noche permitió que la procesión se desarrollara con normalidad y que numerosos alcazareños y visitantes pudieran acompañar al Cristo a lo largo de todo el recorrido.