Con nueve votos a su favor y cuatro para el socialista Enrique Jiménez, Manuel Borja juraba su cargo después de haberse constituido la nueva Corporación Municipal.
En su primer discurso como alcalde, destacaba su intención de seguir en esta legislatura como en la anterior, con una gestión en la que “las personas estarán por encima de todo, sin ningún tipo de favoritismo y desde el respeto al que piensa diferente”. Afirmando, en este sentido que “han pasado cuatro años complicados, con muy pocos recursos y muchas necesidades que cubrir, y nuestra prioridad desde el primer momento fueron las personas y os adelanto que las personas seguirán siendo el eje principal de nuestra labor política”. Subrayando que van a “continuar escuchando todas vuestras propuestas, las propuestas que cualquier membrillato quiera para su pueblo y si son posibles nos pondremos a trabajar en ellas”. Además de que “apostarán por una gestión que no deja a nadie en el camino y que beneficia a todos”.
Manuel Borja mostraba su agradecimiento a todos los ciudadanos que han vuelto a confiar en el proyecto que él encabeza, un proyecto, manifestaba, que es fruto del trabajo de los últimos 8 años, basado en el trabajo, la honestidad y la dedicación de todos los concejales que le han acompañado en estos años de gobierno. Un proyecto, afirmaba, donde todos caben y nadie sobra. Y gracias al que hoy contamos con unas cuentas saneadas, mejor gestión en el agua potable, con más y mejores instalaciones deportivas, con un centro sanitario y transporte público para nuestros mayores, un pueblo más dinámico y activo en todos sus ámbitos, comedores escolares en los colegios, estamos más informados gracias a la televisión, somos un referente con la Feria del Melón y es más económico vivir en Membrilla porque nuestros vehículos pagan menos impuestos y es más barato construir una casa y abrir un negocio.
En su discurso, Manuel Borja tenía también palabras para su equipo de gobierno, “un gran equipo de personas –decía- que conformarán la acción de gobierno, ésta vez más numeroso porque así lo han querido los vecinos, formado por nueve personas que son su principal aval. Un equipo de personas que sabe seguir poniendo a Membrilla donde se merece y que seguirá trabajando por nuestro pueblo, haciendo lo posible e imposible para que nuestro municipio crezca”. Y que le han demostrado que son buenos concejales pero mejores personas.
El alcalde cerraba su discurso afirmando que los membrillatos pueden contar con su entrega total.
Por su parte, el socialista Enrique Jiménez, planteaba dos ruegos dirigidos al equipo de gobierno: que no utilicen el gran respaldo electoral obtenido como un cheque en blanco y que tengan en cuenta a todos los membrillatos. Haciendo referencia al artículo 13 de la Constitución de Cádiz que dice que “el objeto del gobierno es la felicidad de la nación”, destacaba en su discurso que se habían presentado a las elecciones para contribuir a la constitución de una sociedad feliz y que ésa será la labor de su grupo desde la oposición. Ofreciendo a todos los vecinos su dedicación, esfuerzo y compromiso para buscar el interés general y mejorar la condición de vida de nuestros paisanos.
El Pleno de investidura de la nueva corporación municipal comenzaba a las 12 del mediodía en un salón de plenos repleto de vecinos que quisieron asistir al acto.
Tras la constitución de la mesa de edad, formada por el concejal de mayor y el de menor edad, Blas Márquez y Mª José Jiménez respectivamente, y la secretaria de la Corporación, procedieron a jurar o prometer su cargo los concejales elegidos en las elecciones del pasado 24 de mayo. En esta ocasión, juraron su cargo los nueve concejales del Partido Popular (Manuel Borja, Trinidad Alcaide, Carlos Martín de la Leona, Gloria Márquez, Blas Márquez, Alfonso José Ramírez, Carmen Jiménez, Pablo Alberto Díaz y Mª José Jiménez) y lo prometieron los cuatro del Partido Socialista (Enrique Jiménez, Inmaculada Cotillas, Ramón Fernández y Juana Núñez).
Una vez finalizado el pleno de investidura los miembros de la nueva corporación municipal, acompañados por numerosos vecinos, se acercaron hasta la Ermita de la Virgen del Espino, para realizar una oración y una ofrenda floral a nuestra Patrona.





































































