Carlos Aranda indultó en la ganadería toledana de El Ventorrillo un toro cinqueño, serio y hondo que resultó extraordinario y con el que el novillero de Daimiel “bordó el toreo, con muletazos hondos, profundos y encajados de riñones por ambos pitones”. El torero demostró “su torería innata” y se mostró muy satisfecho por haber alcanzado el indulto de un animal que a buen seguro será muy importante para la ganadería toledana.
Al joven novillero lo acompañó en las tareas de brega el banderillero de Campo de Criptana (Ciudad Real), Jorge Fuentes.





































































