En el comunicado afirman que «la mayor parte de los asistentes coinciden en que la actuación ya iba preparada». Se trataba la aprobación de los presupuestos y sus argumentos para oponerse a dicha aprobación «no podían ser más pobres, empezando por el más básico: que lo que se presentaba era un presupuesto, es decir, una estimación de ingresos y gastos que podrá variar –como lo hace todos los años- en función de lo que se gaste o recaude realmente, especialmente con partidas de subvenciones, transferencias o cualquier otro gasto o ingreso imprevisto».
«Hablaban en su exposición de subida de tasas, cuando la realidad es que desde que el actual Grupo Socialista accedió a la alcaldía se han congelado la práctica totalidad de tasas e impuestos. Más bien al contrario, ha habido reducciones en muchas de ellas especialmente para las familias que peor lo están pasando en estos tiempos de crisis, y por supuesto no se ha subido ni un céntimo el sueldo del alcalde ni de los concejales liberados».
También acusaban al equipo de gobierno de «falta de consenso» y desde el PSOE afirman que «no dijeron que el presupuesto se les envió un mes antes para que aportasen sugerencias o modificaciones. No hubo ninguna. ¿Dónde está la falta de consenso?», se preguntan.
«Manifiestan un preocupante desconocimiento de la realidad de Madridejos cuando hablan del 25 % de parados –radicalmente falso-, y un desmesurado oportunismo político apuntándose las bajadas de impuestos que realiza el Grupo Socialista, y que casualmente no se les habían ocurrido cuando han gobernado».
«Tampoco mencionan la preocupación del Grupo Socialista por los más necesitados, elevando el total de gastos en empleo y servicios sociales a más de 700.000 euros, manteniendo el PLIS además de gestionar el Plan Extraordinario de Empleo y el Taller de Empleo que también vendrán a Madridejos».
«Al final del Pleno intentaron colar un punto que no venía en el Orden del Día, y que deberían saber, no puede tratarse salvo que sea un asunto de urgencia, lo que le sirvió de argumento para abandonar el Salón de Plenos, buscando en el ruido y la demagogia lo que no supieron argumentar donde debieron hacerlo».