


El luto riguroso inundó las calles de Socuéllamos de un dolor tremendamente divertido en el que sobre todo grupos, fueron los que predominaron en un desfile en el que pudimos ver señales de tráfico sardineras, gatitas en busca de sardinas, pescadores en sus barcos o esquimales intentando pescar en las frías calles de Socuéllamos.
Además las clásicas máscaras de luto con un llanto exagerado y los típicos disfraces de sardina o simplemente ya la raspa hicieron de este miércoles, una vez más, uno de los días que más participación congrega. Y lo que son las cosas, dentro del entierro nos encontramos una boda, la boda de la sardina, donde los miembros de AFYMOS (Asociación de familias y amigos de personas con capacidades diferentes) simularon una ceremonia donde predominaba el color negro, excepto el de la novia que vestía de blanco radiante. El jurado del concurso les premió con una mención especial.







































































