Ambas llevan gran parte de su vida perteneciendo a la Hermandad de la Virgen de la Soledad de Santa Quiteria, de la que Dolores Sánchez ha sido más de 20 años presidenta. El pasado mes de octubre, cuando se renovó la Junta Directiva del Consejo General de Hermandades y Cofradías de Alcázar, fueron nombradas presidenta y vicepresidenta y es el primer año que han tenido la responsabilidad de organizar los actos propios de la Semana Santa, como el libro de cultos y el cartel anunciador o la preparación del pregón.
Saben que detrás de esta fiesta religiosa hay “mucho trabajo” a lo largo de todo el año y que el espíritu de hermandad y cofrade es algo que “hay que vivir para entender la religiosidad que hay detrás”. Una religiosidad que se han propuesto trasladar a las calles y que la gente pueda “sentirla” con cada paso procesional.
“La Semana Santa no son sólo las procesiones, están los oficios, la preparación espiritual que comienza con el miércoles de ceniza, 40 días en los que hay charlas cuaresmales y momentos de oración. Esto es algo que no se ve. La parte más vistosa son las procesiones, pero el espíritu religioso es otra cosa, es meditar y recordar la pasión del Señor y su misericordia”. Una religiosidad que, si bien se ha perdido mucho en los últimos años, aseguran que sigue “moviendo” a mucha gente que asiste a los actos religiosos “con devoción”.
Por supuesto, piensan también en la vistosidad de actos y procesiones, porque forma parte de la Semana Santa y es lo que, a la postre, atrae a público y turismo y la da a conocer fuera de la localidad. Además, la presidenta del Consejo defiende que detrás de esto hay toda una industria artesana “que vive de ello” y que si la Semana Santa se perdiese “se perderían muchos puestos de trabajo”.
No obstante, defiende que la religiosidad “siempre está presente”, incluso en muchas personas “que no van a la iglesia, pero que sienten algo cuando ven a Jesús o la Virgen pasar”. Sánchez y Romero comentan que quien canta una saeta, llora o se emociona cuando asiste a una procesión “está sintiendo y creyendo” y que ese es el espíritu de religiosidad al que se refieren. “Es una labor muy difícil, pero muy bonita”, comenta para manchainformacion.com la presidenta.
Una religiosidad que creen que se manifiesta con más fuerza en la procesión del nazareno, la más multitudinaria, pero también en el resto de pasos que conforman la Semana Santa alcazareña. “El encuentro de Jesús y su madre, la solemnidad del entierro, el absoluto silencio de La Soledad, la alegría del Resucitado o la borriquilla… todas tienen algo”.
Por otra parte, el principal objetivo que se plantean al frente del Consejo de Hermandades es hacer más fuerte el espíritu de hermandad entre las diferentes Cofradías y “quitarnos las rivalidades”. Sánchez asegura que ese espíritu siempre ha estado presente y que, a lo largo de los años, las hermandades se han ayudado unas a otras. “Quiero ser presidenta, pero no soberana. Quiero que todos opinemos y acordemos las cosas para que nuestra Semana Santa tenga el máximo lucimiento posible y que la reconozcan fuera. Porque hay mucho trabajo y mucha ilusión detrás. También muchas lágrimas cuando el tiempo no acompaña y un paso no sale, especialmente entre costaleros y costaleras”.
Sánchez y Romero también quisieron destacar la labor solidaria que realizan Cofradías y Hermandades “que mucha gente no sabe porque no se ve. Todas, en mayor o menor medida, aportan su granito de arena para facilitarle la vida a las personas que peor lo están pasando”.
Este año, son varias las hermandades que estrenan algo en sus pasos, como la candelería y un nuevo vestido en La Soledad del Silencio, los candelabros de cola en La Verónica y El Santo Entierro que poco a poco va terminando su paso.
Todo está listo ya para que el próximo Viernes de Dolores comience la Semana Santa alcazareña, con la Virgen del Altozano, después del tradicional besamanos a las cuatro vírgenes en cada una de sus iglesias. También ese día, el Cristo de la Agonía realiza su íntimo Vía Crucis por las calles de Santa María. El Domingo de Ramos, la borriquilla, la entrada triunfal de Jesús en Jerusalem, la procesión de los niños. El lunes es el turno del Cristo del Perdón y la Virgen de la Salud. El martes, los Estudiantes, con el Cristo de la Buena Muerte, protagonista este año del cartel de Semana Santa y el Miércoles Santo, el Cristo de la Expiación.
Así se llega al Jueves Santo que califican como “día grande” de la Semana Santa. “Antiguamente había la costumbre, después de inaugurar los monumentos (capilla o altar donde se reserva la hostia consagrada), en la que las mujeres se vestían con mantilla e iban visitando todos. Hay quien nos ha comentado que podría rescatarse esta tradición, pero nos parece que es muy complicado. Pero la gente sigue visitándolos, incluso hasta la una de la madrugada”.
El Jueves Santo salen en procesión el paso de la Oración en el Huerto y Jesús el Caído y la Dolorosa. En cuanto a la primera Hermandad, la presidenta de la Junta de Cofradías lamenta que haya perdido la importancia que tuvo en otros tiempos esta hermandad ferroviaria. “Es muy difícil empujar una hermandad y no tienen tanta gente como hace años. Es verdad que tiene algunos hermanos nuevos pero sigue estando muy floja y es una pena, porque el paso es muy bonito y, cuando pasa por San Francisco y lo saluda la Dolorosa es muy emotivo. Yo confío en que, poco a poco, la gente se vaya animando y que este paso no se pierda”.
Durante toda la noche del jueves al viernes, los templos están abiertos para la adoración nocturna y, el Viernes Santo, Jesús de Nazaret y su madre salen de la Trinidad para realizar su largo recorrido. “Es impresionante la devoción que hay en Alcázar hacia Jesús”, comentan, “hay mucha gente joven que se va de juerga, no duerme, y se va a sacarlo o a acompañarlo en la procesión”. El viernes es un día muy intenso en Alcázar porque, por la tarde, sale el Santo Entierro y la Virgen de la Soledad, una procesión que también espera mucha gente. Después, a las 11 de la noche, la procesión del Silencio con la Soledad de Santa Quiteria, “que impresiona también por el respeto de la gente. No se oye ni un murmullo, sólo el sonido de los tacones y el roce de las cuentas de los rosarios que llevan las damas de la Virgen”. Un silencio que sólo son capaces de romper las saetas.
El Sábado Santo “es un día triste”, comenta la presidenta, ya que en Alcázar no se celebra ningún acto ese día, hasta las 11 de la noche que comienzan los Oficios religiosos. El domingo, el Resucitado sale de Santa María en una de las procesiones más alegres de la localidad, junto a la borriquilla. “Normalmente siempre sale el sol ese día y la alegría se palpa en el ambiente, después de un tiempo de reflexión y soledad”.
Presidenta y vicepresidenta del Consejo de Hermandades esperan que el tiempo acompañe esta Semana Santa, a punto de iniciarse, que las calles se llenen de gente para acompañar los pasos procesionales y que “seamos capaces que entiendan lo que realmente queremos transmitir”.