Gran número de personas esperaron en la Plaza de Santa María al Resucitado y a su madre, para vivir el emotivo encuentro que, como cada año, fue acompañado por el sol; aunque el cielo permaneció nublado hasta que los pasos salieron de la iglesia.
Tras el encuentro, a ritmo de alegres marchas, comenzó la procesión por las calles de Alcázar y la lluvia de pétalos de claveles y rosas desde los balcones.
De esta forma concluyó un año más la Semana Santa alcazareña.