Durante el recorrido procesional también había diversos altares. En la calle Virgen de Criptana, dos ellos contaban con sendas tallas, una de la Virgen de los Dolores y otra de la Divina Pastora, prestadas para la ocasión por el vestidor de algunos pasos de la Semana Santa criptanense.
El templo parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, Santa Teresa de Calcuta o las Monjas Concepcionistas orando eran algunas de las representaciones que hicieron cientos de voluntarios con sal de colores en el suelo, alfombras efímeras que se destruyeron al término de la procesión.





































































