Aunque no es su trabajo, Pedro Oliva siente tal pasión por su Semana Santa que contar todos los detalles históricos, las anécdotas o los avatares por los que han pasado las ermitas, los pasos o las tallas que atesora Campo de Criptana es «una bendición» para él, y hace «gustoso» de guía para todos aquellos que, concertándola previamente con él, quieren hacer una visita guiada por la Ermita de la Madre de Dios, la de la Veracruz, la Iglesia Parroquial, el Convento, las casas de hermandad, y lo que lo permitan las circunstancias.
Las Rutas de Cuaresma de Campo de Criptana se han institucionalizado desde hace unos años y son un atractivo turístico compuesto por ermitas abiertas para la visita libre, menús y tapas especiales de la época en restaurantes y bares, exposiciones… En los últimos tiempos, a todo esto se añade un aliciente más, que es la ruta guiada que realiza Pedro Oliva, de manera altruista, con la única recompensa de trasladar a todos los interesados en hacerla, su pasión por su Semana Santa. Una pasión salpicada de un gran conocimiento de los datos históricos de ermitas que se remontan siglos atrás y que han sido capaces de sobrevivir a la Guerra Civil, no exentas de dificultades.
No corrieron la misma suerte las imágenes, casi ninguna se libró de la quema en la contienda en la que, como en otros muchos lugares, se cargó sin compasión contra los símbolos religiosos, dejando perder la historia y la cultura de un pueblo.
Para un grupo de unas veinte personas, uno de los muchos que recibe a diario, Pedro Oliva habló de cómo se intentaron recuperar las imágenes tal y como eran con anterioridad a la guerra, con la dificultad añadida de no contar con apenas documentación que así lo permitiera.
Todo se perdió en esa época, aunque hubo una imagen del siglo XVII, que unos criptanenses custodiaron en su casa, ajena al enfrentamiento. Una arriesgada hazaña que hoy permite contemplar a María Santísima de la Soledad Angustiada de la Hermandad de Jesús Nazareno en la ermita de la Madre de Dios.
Hacer la ruta es una ocasión perfecta para descubrir curiosidades y anécdotas aparejadas a esta ermita y a la de la Veracruz, donde se guardan pasos tan emblemáticos de la Semana Santa criptanense como el Cristo de la Columna, el Desenclavo, Jesús de Medinaceli, la Virgen de la Redención o el Resucitado, cada uno con su historia y las peculiaridades que hacen un conjunto que se convierte en la vivencia más arraigada a Campo de Criptana, la pasión por su Semana Santa.
Tanto la Iglesia parroquial de la Asunción de Nuestra Señora como el Convento y la Casa de Hermandad del Cautivo atesoran otras imágenes, otros pasos, otros relatos… La Semana Santa de Campo de Criptana pone en el calle un total de treinta pasos coordinados por la Junta General de Cofradías desde sus seis hermandades: la de Jesús Nazareno, la Veracruz, la Sagrada Lanzada, Jesús Cautivo, la del Cristo de la Expiración y el Santo Entierro. Desde hace unos años está declarada de Interés Turístico Regional, pero para los criptanenses es mucho más, es algo que llevan en su corazón, que sienten de verdad y que están dispuestos a seguir conservando como uno de sus mayores tesoros.
Las personas interesadas en vivir la experiencia de la pasión de Criptana, previa a la llegada de la Semana Santa, pueden contactar con Pedro Oliva en el teléfono 639 786 440 para concertar una visita guiada y descubrir una parte de su patrimonio cultural y monumental, el que está ligado a la religión.