El 1 de noviembre se conmemora el ‘Día de todos los Santos’ para honrar a los familiares difuntos. Una fiesta ancestral que, de un modo u otro, tiene su reflejo en diferentes culturas del mundo. Las tumbas se limpian y adecentan, se adornan con flores y el cementerio se convierte en lugar de reunión, donde la gente pasea por sus calles.
Además, las visitas de familiares y allegados a las sepulturas de sus seres queridos se han visto escalonadas desde el lunes debido al buen tiempo y a lo propicio de las fechas. Los panteones, tumbas, fosas comunes y sepulturas que concurren en el cementerio municipal alcazareño, que data del siglo XIX, se han visto implementadas este año por 24 nuevas fosas en las que caben tres cuerpos.
Ya el año pasado el camposanto estrenó nuevos columbarios de reciente construcción. Se estima que existen entre 37.000 y 38.000 difuntos en el camposanto alcazareño hasta el que se desplazan innumerables personas cada 1 de noviembre.
LOS EPITAFIOS MÁS CURIOSOS EN EL CEMENTERIO DE ALCÁZAR
La tradición del epitafio, inscrito sobre las lápidas, es la de honrar al difunto con la escritura de unos versos. En ocasiones, se trata de citas bíblicas o aforismos. Hay epitafios famosos, que advierten al lector sobre su propia mortalidad o exhiben los logros que el difunto consiguió en vida. También hay tumbas que sólo contienen el nombre del fallecido, su fecha de nacimiento y defunción, con un simple D.E.P. (Descanse en Paz) o R.I.P. (Requiescat in Pace), que viene a ser lo mismo. En España también se popularizó la fórmula ‘tu familia no te olvida”. Pero hay epitafios que tienen un valor literario, constituyendo un subgénero de la lírica.
Poesía, formalismos, liturgia, emotividad y sentido del humor forman parte de las inscripciones de las tumbas, de las que tampoco escapa el cementerio de Alcázar de San Juan. Dando un paseo entre las lápidas pueden encontrarse algunas inscripciones curiosas como: “Con la mochila llena”, “Al corazón más generoso”, “Gracias por formar parte de nuestras vidas” o la expresión manchega “Andar con Dios”. También hay otros que hacen referencia a canciones como “Quiero que no me abandones, amor mio al alba”, a citas bíblicas, “Yo soy la resurrección y la vida, el que cree en mí, aunque esté muerto vivirá”, y epitafios en verso haciendo referencia a la existencia del fallecido o al sentimiento de los familiares “Rocío de la mañana, gran tesoro de tus padres, joya que no encontraremos en ningún escaparate” o “Esa enfermedad traicionera te llevó de nuestro lado y a nuestros corazones dejaste destrozados”.








































































