A pesar de que aún queda mucho que caer del cielo hasta la recuperación total de la situación de grave sequía que sufre la región castellano manchega, este es uno de los signos evidentes de las últimas lluvias caídas estas semanas.
Algunas, sumadas a la nieve que ha caído en abundancia especialmente en las zonas más altas de la provincia de Ciudad Real y Toledo, han dejado casi 200 litros por metro cuadrado en total, lo que está ayudando a paliar la pobreza acuática en la que se funde La Mancha. Los cultivos herbáceos de invierno son los más beneficiados por estas lluvias.