


Ana Belén Pintado Lucas-Torres nació en la Clínica Santa Cristina de Madrid el 10 de julio de 1973, es del grupo sanguineo es BRH(+) y fue adoptada por un matrimonio de Campo de Criptana que «nunca me dijo que me habían adoptado». Fue a partir de la llamada de un programa de televisión en el año 2010 cuando empezó a sospechar y recientemente ha confirmado con diversa documentación, aunque «menoscabada», que es una «bebé robada».
En aquella llamada al teléfono fijo para entrar en antena en un programa sobre bebés robados, «me dijeron que mirara la pantalla a ver si veía algún parecido y yo pensaba que se habían equivocado y colgué. Me puse muy nerviosa, pero luego pasó el tiempo y ya está».
Después Ana Belén tiene que arreglar unas escrituras en ese mismo año y al ir a solicitar su partida de nacimiento en el Ayuntamiento, «me encuentro con que está restringida», por lo que pide un documento ante notario y «me dan una escritura de adopción, y lo que veo es que vengo con los apellidos Pardo López». En ese momento está con su madre adoptiva y «ninguna de las dos dice nada, en mi caso por miedo a un enfrentamiento, porque ella tenía un temperamento muy fuerte y me hubiese dejado por mentirosa». En ese momento piensa que fue una niña «adoptada legalmente».
Ahora que en su edad adulta ha descubierto que su identidad no es la que creía, quiere encontrar a su familia biológica, porque «yo como madre entiendo lo que puede estar pasando mi madre biológica, puede ser que crea que estoy enterrada y no saber que estoy aquí».
APELLIDOS
A manchainformacion.com le ha contado que Pintado Lucas-Torres son los apellidos que le dieron sus padres adoptivos, sin embargo en «la poca documentación» que ha podido conseguir, «aparezco como Ana Belén Pardo López», aunque duda de que «realmente estos sean los apellidos de verdad», ya que «hay muchos datos falseados» y algunos «coartados».
En noviembre de 2017 empezó «a sospechar del todo», porque encontró «el único papel que me dejaron mis padres, en el que falta toda la parte superior», por lo que el primer texto que deja visible este documento es el nombre de la madre y el que aparece es el de su madre adoptiva como si fuera la biológica, «cuando ella era estéril».
En ese primer documento vienen los nombres Miguel y María, «pero no sabemos a qué corresponden y si son ciertos, porque todos están imputados, y ya no sabemos nada» y está firmado por el doctor Villa, «que es el médico imputado». Además «dice que me tuvo en la habitación 22 y «es mentira porque me he hecho con un papel que no han roto en el que pone que ella era estéril y por tanto no podía tener hijos».
«TODO ESTÁ FALSIFICADO»
«Todo está falsificado», asegura Ana Belén, ya que al leer las escrituras de adopción «compruebo que el notario está imputado, que ponía que mis padres vivían en la calle Serrano de Madrid y es mentira, porque nunca habían salido del pueblo (Campo de Criptana)». En la partida de bautismo «también está mi madre adoptiva como biológica y en todos los sitios figura así».
«Mis padres se han muerto sin decirme nunca que era adoptada y mucho menos robada» y «ni siquiera me dejaron ningún escrito ni nada debajo de un colchón o algo para que lo viera yo después», señala Ana Belén.
A raíz de estos descubrimientos que hizo se empezó a interesar por los programas de bebés robados y a recordar que «todos los años llegaban a casa felicitaciones de Navidad de Sor María Gómez Valbuena, para mí entonces una tarjeta más», pero después empezó a enlazar al acordarse que «iba a Madrid con su madre a un sitio que no recuerdo, en el que la monja salía, me dejaban fuera y mi madre llevaba un sobre en la mano». Ha recuperado algunas de esas tarjetas de Sor María en las que pone «Gracias por su colaboración», «Gracias por su obsequio», «Gracias por su generosidad…».
«ME SIENTO SÚPER ENGAÑADA»
Ana Belén Pintado les agradece a sus padres adoptivos la vida que le han dado, puesto que «si yo pedía hoy una cosa, mañana la tenía», sin embargo cree que «la felicidad no se paga con dinero» y «con ellos no se hablaba de cosas de este tipo», por eso les reprocha que «nunca me dijeran nada de este tema».
Ha preguntado a algún familiar y lo único que ha podido averiguar, según ha dicho a manchainformacion.com, «es que me trajeron con tres días de vida y que el párroco de mi pueblo avisó a mis padres para que fueran a por mí, porque por lo visto estaba en una lista». Ana Belén ha añadido que «sé que han pagado millón, millón y pico de pesetas por mí en el año 1973 y también que mi padre ha tenido amenazada a gente para que nunca me dijeran que era adoptada, porque les iba a partir la cara».
Con todo esto, «ahora pienso que aquella llamada de la televisión no fue al azar, pudo estar motivada porque alguien me estaba buscando» y «ahora veo que toda mi vida es un chanchullo y me siento súper engañada, es un engaño muy grande porque me han robado a otra persona y se puede corroborar al ver todos los papeles».
«No sé nada de mi familia biológica. Doy por hecho que con aquella llamada alguien me buscaría y si tengo madre, hermanos…, los quiero conocer y voy a por todas». En aquella época, «te quitaban de unos y te daban a otros y corroborando que soy una bebé robada, ese es el mayor dolor que puede existir para una madre». Por eso «yo voy a por todas» y en este aspecto, se está moviendo tanto en el plano legal como en el de la divulgación de su imagen con la intención de que alguien pueda encontrar parecido y ponerla en contacto con su familia.
A la pregunta de cómo es posible que en un pueblo no se supiera esto, Ana Belén ha afirmado que «en Criptana todo el mundo sabía que era adoptada menos yo misma, nunca lo he sabido hasta ahora». De hecho, «mi marido dice que él lo sabía y que nunca me había dicho nada, porque como yo no hablaba de ese tema, pensaba que quería reservármelo, y ahora está repiso porque podíamos haberle preguntado algo a mis padres…, que no nos hubieran dicho nada de todos modos», añade.
DIFUSIÓN DE SU IMAGEN
«Hay muchas cosas que no puedo saber, porque el caso está en investigación y están todos investigados y bajo secreto de sumario». Ese es uno de los motivos por los que Ana Belén no encuentra una vía por la que andar camino a encontrarse con su familia biológica.
La «bebé robada» criptanense tiene su caso en manos de una abogada y están por definir la vía por la que seguir su curso. De momento, según Ana Belén Pintado, la recomendación de la letrada es que su imagen y su caso se divulguen con el fin de que pueda llegar a alguna personas que encuentren parecido entre ella y sus posibles familiares y que se pueda establecer un primer contacto. «La verdad es que en este momento es lo que más deseo, conocer a mi madre biológica y confío en poder conseguirlo pronto», ha manifestado.
COLABORACIÓN CIUDADANA
Ana Belén Pintado ha solicitado la colaboración de cualquier persona que pueda ayudarla a reunirse con su familia biológica y ha pedido que si alguien tiene algún dato al respecto, que por favor se ponga en contacto con ella o con su entorno a través del teléfono 669 62 09 92, de su facebook Ana Belén Pintado Lucas-Torres, mediante intermediarios o por otras vías. En este proceso, le está ayudando su marido y sus hijos, así como otros familiares, si bien «unos me apoyan más y otros menos», pero «yo no estoy haciendo nada malo, sólo busco mi verdad y creo que cualquiera haría lo mismo».
Para Ana Belén encontrar a su familia «supondría un sentimiento muy emotivo, porque podría haber estado una madre toda la vida buscándome y tengo ganas de conocerla», por eso «por favor, pido de todo corazón, que se le dé a mi caso toda la difusión posible», ha concluido.







































































