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Juan Bautista Sánchez Bermejo: “En cada molino que he restaurado hay un trozo de mi corazón”
El criptanense Juan Bautista Sánchez Bermejo es molinero. Puede parecer que a siglo XXI se trate de una profesión extinguida, pero no: es joven, tiene una empresa dedicada a la restauración de molinos antiguos y vive de la que, al fin y al cabo, no deja de ser una profesión pasional.
A comienzos de año empezaron desde la empresa con la rehabilitación de uno de los dos molinos que tiene en propiedad el Gobierno de las Islas Baleares. El molinero explica que “hay muchos particulares, pero los dos en propiedad pública comenzamos a rehabilitarlos construyendo el eje y las aspas, que allí son seis”.
El ritmo de trabajo y lo que ocurrió en Consuegra después de que el vendaval destrozase varios de sus molinos, “hizo que lo tuviésemos que dejar. Ya solamente nos faltaba el montaje y tuvimos que centrarnos en lo ocurrido en Consuegra… justo entonces, comenzó la temporada de turismo, y desde el 1 de junio al 1 de octubre no se puede ocupar el casco histórico”, explica Sánchez Bermejo.
El otro molino que tenían que arreglar, además, ha sufrido durante estos meses un deterioro con un vendaval, rompiéndose el eje y quedándose las aspas a punto de caer al suelo. “Me llamaron de urgencia y hemos ido esta semana, hemos hecho el desmontaje del molino con una actuación de urgencia y muy delicada, ya que no se podían desarmar una a una las aspas, sino todas completas, por lo que hemos tenido que bajar todo el conjunto con varios camiones”.
Sobre el resultado, el molinero explica a este medio que “se ha desarrollado muy bien, hemos dejado todo desarmado y ya esperando la restauración”. A lo largo del mes de octubre harán la rehabilitación del primer molino con el que estaban trabajando y “seguramente comenzaremos con la construcción de las piezas nuevas”, explica.
UNA EMPRESA QUE NACIÓ EN EL AÑO 2000
En la actualidad, empresas al 100% a la construcción y rehabilitación de molinos de viento no hay. “Puede haber un carpintero o autónomo que tenga esa inquietud para hacerlo, pero realmente una empresa como la mía no la hay, dedicada y conocida en toda la región”, defiende Sánchez Bermejo.
La empresa se fundó en el año 2000, ya empezando Juan Bautista Sánchez Bermejo en el 1996 -con 16 años de edad- en un taller rehabilitando un molino del siglo XVI en Campo de Criptana. “Tras esos dos años de formación, el Ayuntamiento me contrató unos meses más para seguir trabajando en los molinos. Luego hice un módulo de construcción y de mueble a medida, un FP a distancia y con 20 años me hice autónomo”, señala.
En cuanto a grandes obras en sus manos, destacan los tres conjuntos molineros de la región: Consuegra, Campo de Criptana y Mota del Cuervo. “Cada obra es un concurso público que sale a subasta, en el cual sigo siendo líder en el sector. De personal, tengo a un joven contratado y yo, porque según la demanda vamos contratando más personal”, explica.
Han trabajado en toda la Península, en todas las provincias de la región e incluso en zonas de Jaén, en las Baleares, en la Comunidad Valenciana y el siguiente paso es cruzar el charco. “Hay proyectos bastante lejos. Pero como solo son proyectos, vamos a esperar a que lleguen y a partir de ahí los anunciaremos”, explica.
EL PRIMER MOLINO EN EL QUE SE FORMÓ
El primer molino en el que Juan Bautista Sánchez Bermejo se formó fue el “Sardinero”, de Campo de Criptana, al que “siempre le voy a tener cariño”. Afirma que “en cada pueblo, en cada molino, hay una experiencia distinta que te hace tenerlo en estima tanto a la gente con la que topas, como el molino que arreglas porque anteriormente no habían sido capaces o pensaban que no había podido funcionar nunca. En cada pueblo y en cada molino que he restaurado hay un trozo de mi corazón”.
