Cientos de personas se han concentrado este domingo en la zona de ‘La Vendimiadora’ de Miguel Esteban en torno al Corro de la Jota Pujada, una seña de identidad del Carnaval miguelete que “es más que un sentimiento” y “una fiesta ancestral” que llevan celebrando más de 300 años y que “todos llegamos en la sangre”.
El alcalde, Pedro Casas ha dado cuenta del significado de esta característica diferencial de un Carnaval que pretenden que sea declarado Fiesta de Interés Turístico Regional por estas connotaciones y por eso uno de los puntos del orden del día del próximo pleno municipal será la solicitud de esta declaración a la Dirección General de Turismo.
Casas ha subrayado que el Carnaval de Miguel Esteban se diferencia del resto por el Corro de la Jota Pujada, que “es un hecho entrañable y tradicional”. Y aunque este sábado, en el desfile de comparsas se superaron todas las previsiones con la participación de más de 1.200 personas, “Miguel Esteban quiere centrarse en lo que nos caracteriza y nos diferencia del resto de carnavales, que es esta fiesta ancestral que llevamos haciendo más de 300 años”. Para la gente de Miguel Esteban “es más que un sentimiento, todos los llevamos en la sangre, es un himno local”. Al oír los sones de la Jota Pujada, a los migueletes les “vibra el cuerpo, es algo inenarrable”.
Los capitanes de la Jota Pujada son este año 2019: Maximino Lara, un abuelo de 80 años y su nieta Pilar Arinero, de 22 años, que conjugan “tradición y futuro” y “quieren que esta tradición siga y se conserve”, ha señalado el alcalde.
La jota “es muy importante para migueletes”, ha significado la concejala de Festejos, Mari Nieves Patiño, y “no sólo en Carnaval, es un sentimiento que nos sale de dentro y lo bailamos siempre”, en cualquier acontecimiento como una boda, o fiestas del municipio. “Es un sentimiento y tenemos que exteriorizarlo”. Niños, mayores, todos participan en esta fiesta y la conservación de esta tradición.
Tres veces ha sido ya capitán del Corro de la Jota Pujada, Maximino Lara, “una tradición que me gusta y sentirme tan arropado es un orgullo”. Además, bailar con su nieta “es una ilusión muy grande”.
Pilar Arinero por su parte ha indicado que ser capitana este año le está haciendo “disfrutar mucho del Carnaval” y ha reconocido que a su familia le gusta “mucho participar en las tradiciones migueletas”. Además ve con buenos ojos que “gente mayor siga participando y que gente joven como yo, se inicie en estas tradiciones”.
La Fiesta de la Jota Pujada, cuyos orígenes se remontan como mínimo al siglo XVIII, es una tradición en la que las parejas ‘pujan’ para poder bailar la jota migueleta en el interior de un ‘corro’, una característica que convierte al Carnaval de Miguel Esteban en único en el mundo. De 1 a 30.000 pesetas, que es la moneda en la que se sigue pujando, se baila con la misma música y a partir de las 30.000 pesetas, se cambia a la campesina, que es una jota más movida.





































































