Esta mañana de domingo, impetuosa, de ligero viento y llovizna pausada, que alegraba el corazón a los optimistas esperanzados aún, en que las lluvias no abandonen en demasía a nuestros campos, un grupo de voluntarios y de familias con sus hijos de Alcázar de San Juan y Campo de Criptana, nos han acompañado a plantar la últimas encinas de la temporada en el paraje de la Cañamona.
Nos ha sorprendido el coraje de estas personas que a pesar de las inclemencias del tiempo nos han demostrado que siempre hay que tener la valentía suficiente para seguir plantando nuevos árboles en esta tierra seca, agotada en exceso y desprovista ya de los caudales hídricos que en décadas anteriores circulaban libremente por estos campos de La Mancha.
Cerramos esta campaña dando las gracias a todas las personas que de una manera desinteresada han colaborado con nosotros para contribuir a mejorar nuestro entorno natural plantando vida con árboles nuevos que darán sombra a las esperanzas de nuestros hijos, a los que tanto queremos y paradójicamente seguimos sin tomar las medidas necesarias para que el futuro de nuestro planeta no mediatice el futuro de nuestros hijos.







































































