La tarde del pasado domingo 28 de septiembre en el estadio Manuel Delgado Meco tenía todos los ingredientes para un gran espectáculo de fútbol: rivalidad comarcal, ambiente en la grada y un cielo encapotado que auguraba una jornada intensa. A las seis en punto, con el público entregado tanto en el sector local como en el visitante, comenzó el esperado duelo entre el Alcázar CFD y el CD Miguel Esteban, un choque entre localidades vecinas que prometía emociones fuertes.
Desde el pitido inicial, el conjunto dirigido por Joaquín Menchen se mantuvo fiel a su estilo. El Alcázar CFD se adueñó del balón con autoridad, desplegando un juego paciente y bien estructurado desde la defensa hasta la medular. La idea era clara: madurar la posesión y buscar la profundidad para conectar con los hombres de ataque, especialmente con Héctor, protagonista de las primeras ocasiones que pusieron en aprietos a la zaga visitante.
El guion del partido se escribió pronto: Alcázar proponía y Miguel Esteban resistía. Consciente de la dificultad de puntuar fuera de casa, el equipo visitante se replegó con orden y construyó un muro defensivo que neutralizaba cada intento local. Cuando podía respirar, lo hacía por la banda izquierda, donde nacían sus contadas pero peligrosas aproximaciones.
Miguel Esteban apostó además por un plan pragmático: faltas tácticas, pérdidas de tiempo y demoras en los saques fueron recursos constantes para enfriar el ritmo del juego, una estrategia que desesperaba a la grada pero que cumplía su cometido. Así transcurrió una primera mitad intensa pero sin goles, recordando al empate sin brillo que los alcazareños firmaron en la jornada anterior frente al Criptanense. El descanso llegó con el marcador inalterado (0-0) y todo por decidir.
Tras el paso por vestuarios, el guion apenas varió. El Alcázar CFD siguió acumulando llegadas, empujando con insistencia, pero topándose una y otra vez con la férrea defensa del Miguel Esteban. Cuando lograban superar esa muralla, la falta de acierto en los últimos metros condenaba a los locales, que veían cómo se escapaban oportunidades claras para abrir el marcador ante su afición.
La lluvia, que hizo acto de presencia en el tramo final, añadió un nuevo obstáculo. El césped resbaladizo ralentizó las transiciones y el cansancio comenzó a notarse en las piernas. Sin embargo, ni el mal tiempo ni el desgaste mermaron la entrega de ninguno de los dos equipos, que pelearon cada balón como si fuese el último, alimentando el clima de rivalidad y orgullo sobre el terreno de juego.
El tramo final del encuentro deparó las emociones más intensas. Cuando el empate parecía un hecho, el Miguel Esteban se estiró y rozó el gol en dos ocasiones, con remates que pasaron muy cerca del arco local y silenciaron por momentos a la afición alcazareña. Pero el Alcázar reaccionó con ímpetu en los minutos finales: primero con un disparo de Sergio, desviado a córner por la defensa rival, y luego con un potente cabezazo de Víctor que se marchó por encima del larguero, en la que sería la última gran oportunidad del choque.
El pitido final certificó un 0-0 que dejó sensaciones opuestas. Para el CD Miguel Esteban, el punto obtenido a domicilio supo a victoria; para el Alcázar CFD, el resultado resultó frustrante: dominio del juego, ocasiones suficientes, pero una falta de pegada que volvió a pasar factura. Aun así, el conjunto rojiblanco demostró que tiene fútbol y argumentos para mirar hacia arriba en la clasificación.
Con la mente ya puesta en la jornada 4, el Alcázar CFD afrontará una difícil visita a Villarta de San Juan este domingo 5 de octubre. El equipo de Menchen buscará reafirmar los conceptos de su propuesta y reencontrarse con el gol, con un objetivo intacto: pelear por el ascenso y demostrar que este proyecto tiene recorrido para soñar en grande.