Cargando...Inma Ortiz inició su camino en la danza a la temprana edad de tres años, en la Escuela Municipal de Campo de Criptana. Aunque al principio no mostraba un gran interés por el baile, la influencia de sus hermanas mayores y la perseverancia en la práctica hicieron que su gusto por la danza fuera creciendo con los años.
Durante su adolescencia, Inma amplió su experiencia trabajando en la escuela municipal de Pedro Muñoz, donde comenzó a comprender que quería dedicar su vida profesional al baile. A los 18 años, decidió dar un paso fundamental en su formación: presentó la prueba de acceso al Conservatorio Profesional de Danza José Antonio Ruiz en Albacete, mientras simultáneamente realizaba la EBAU para acceder a Magisterio Bilingüe en Educación Primaria, especializándose en Educación Física y Música.
Completó los seis cursos del Profesional de Danza y posteriormente compaginó su último año en Albacete con la prueba de acceso al Conservatorio Superior de Danza en Valencia. Allí cursó primero del Superior mientras finalizaba sexto del Profesional, donde obtuvo la titulación en Pedagogía de la Danza en Valencia, a la vez que amplió sus conocimientos en Psicología de la Danza y se especializó en Danza Social y Comunitaria. En 2020, tras completar su formación académica y profesional, Inma decidió especializarse aún más en un máster de Expresión Corporal en Barcelona.
Inma Ortiz reconoce que su mayor referente en la danza ha sido su propia hermana, Rosa, quien siempre la inspiró con su pasión por el baile. Aunque su hermana no siguió la danza a nivel profesional, su amor por la disciplina y su ejemplo constante marcaron a Inma desde pequeña. Esta combinación de influencia familiar y apoyo profesional fue clave para que Inma decidiera fundar su propia escuela, Attitude, y consolidar su compromiso con la danza.
Attitude: clásico, español, contemporáneo, barre, flamenco…
Attitude nació en septiembre de 2019, tras la etapa formativa de Inma Ortiz en Valencia, donde vivió un período de crecimiento personal y profesional. Durante esos años, participó en numerosas compañías y audiciones, lo que le permitió observar cómo sus compañeras ya contaban con sus propias escuelas privadas. Motivada por ofrecer en su pueblo un espacio similar, decidió crear su propia escuela, con una visión que combinara técnica, formación y un entorno cercano para sus alumnos: Attitude. El nombre refleja tanto un paso de ballet como la idea de tener actitud y determinación, conceptos que Inma quería transmitir a todos los que se acercaran a su escuela.
La escuela, con sede principal en Campo de Criptana, cuenta actualmente con entre 350 y 380 alumnas y alumnos, desde los dos años hasta la edad adulta, y ofrece una amplia variedad de estilos como danza clásica, danza española, contemporáneo, barre, sevillanas, flamenco, danza acrobática y danza estilizada.
En 2022 Inma decidió abrir Attitude 2.0 en Socuéllamos. Aunque nació como una sede pequeña y sin grandes expectativas, la escuela creció de manera sorprendente y hoy reúne entre 500 y 600 alumnos, funcionando con la misma oferta educativa que en Criptana. La gestión diaria de ambos centros es posible gracias al apoyo fundamental de su hermana Virgi —encargada de toda la parte administrativa— y de las profesoras KoKo y Marta.
Dentro del equipo de Attitude, Inma Ortiz destaca especialmente a dos personas que han sido claves en su trayectoria y en la vida de la escuela: Marta Cano y Koko Estebarán. Marta, alumna desde los nueve años, ha crecido profesionalmente junto a Inma, aprendiendo de ella y compartiendo su pasión por la danza; su compromiso inquebrantable la ha llevado a acompañarla a todas las escuelas y presentaciones, convirtiéndose en una verdadera proyección de Inma dentro de Attitude. Por su parte, Koko llegó a la escuela con miedo y resistencia hacia el ballet debido a experiencias previas negativas, pero gracias al apoyo y guía de Inma recuperó su amor por la danza y hoy es una de las profesoras fundamentales del centro.
Certámenes y musicales
Attitude ha destacado también en el ámbito competitivo y escénico. La escuela ha obtenido importantes reconocimientos en concursos internacionales, incluyendo un primer, segundo y tercer puesto en Dijon (Francia), reflejo del alto nivel de sus alumnas y alumnos en categorías grupales, dúos e individuales. A nivel personal, Inma Ortiz asegura haber logrado todos los premios que podía esperar, y aún se prepara para participar en un mundial que tendrá lugar en Irlanda. Paralelamente, los musicales forman una parte esencial de la actividad de Attitude; cada fin de curso se presenta un espectáculo que combina creatividad y danza, ya sea adaptando obras conocidas o inventando nuevas propuestas. Entre los más recientes destacan adaptaciones de Los Miserables y Grease, que se repetirán en enero en Socuéllamos, consolidando los musicales como uno de los pilares artísticos más atractivos de la escuela.
Carnaval 2026: El latido de los andes
El carnaval en Attitude es uno de los eventos más esperados y exigentes del año. La preparación comienza meses antes, con la creación del equipo de carnaval que coordina ideas, coreografías y montajes, involucrando a profesoras, alumnas y familiares en el diseño y confección de los trajes. El año pasado, a pesar de la lluvia, el carnaval tuvo una gran acogida y dejó al equipo con ganas de desplegar todo su potencial este año. La temática de 2025, El latido de los Andes, abarca la riqueza cultural de siete países de la cordillera andina —Bolivia, Ecuador, Chile, Perú, Venezuela, Colombia y Argentina—, explorando tradiciones y colores más allá de lo típico. Para Inma, el carnaval es mucho más que un desfile; es el fruto de un intenso trabajo en equipo, pasión y constancia, y representa un pilar de la vida de Attitude, donde cada participante forma parte de una gran familia que comparte amor por la danza y el arte.
La escuela busca también fomentar la presencia de chicos, actualmente minoría, para equilibrar los grupos y enriquecer la experiencia colectiva.
Como concluye Inma Ortiz, “No me puede hacer más feliz que alguien que adoro, adore lo mismo que yo y pueda ver cumplir sus sueños, tanto dentro como fuera de la escuela”, sintetizando el espíritu de Attitude: la danza como vínculo, pasión y proyección personal.
