A menudo no le damos al descanso la importancia que realmente merece. Dormir bien no es únicamente una cuestión de sentirse descansado al despertar; es un proceso fundamental para que nuestro cuerpo recupere energías, regenere sus tejidos y permita mantener un equilibrio físico y emocional. Hay que tener en cuenta que, durante las horas de sueño, el cuerpo repara las células dañadas, regula el sistema inmunológico y consolida la memoria y el aprendizaje, entre otros muchos procesos clave para nuestra salud.
Así, no resulta extraño que cuando no dormimos bien nos sintamos cansados, irritables, con poca capacidad de concentración y mayor riesgo de sufrir pequeñas lesiones. Ahora bien, debemos decir que, si el descanso es fundamental para los adultos, cuando hablamos de niños y adolescentes se vuelve una cuestión todavía más importante.
Durante las etapas de crecimiento, los más jóvenes están sometidos a un ritmo vital enormemente exigente, ya que están expuestos a largas jornadas escolares, deberes, exámenes, actividades extraescolares, vida social, deporte… y todo ello, mientras su cuerpo y su mente aún están en pleno desarrollo. Por eso, elegir un colchón adecuado no es un lujo, sino una necesidad. A continuación, te vamos a explicar qué debes tener en cuenta para acertar en tu elección y asegurar a tus hijos un descanso verdaderamente reparador.
La firmeza de los colchones para niños y adolescentes
Uno de los aspectos clave a la hora de escoger un colchón infantil o juvenil es la firmeza. Según los expertos de Colchón Club —tienda online de referencia en artículos de descanso— “una firmeza media o medio-alta es la opción más recomendable para niños y adolescentes, ya que favorece el correcto alineamiento de la columna vertebral en pleno desarrollo”. Y es que un colchón excesivamente blando puede generar una postura incorrecta durante la noche, con consecuencias a medio y largo plazo como dolores de espalda, fatiga o lesiones posturales.
Además, una firmeza adecuada ayuda a evitar hundimientos indeseados, proporcionando un soporte óptimo durante todo el periodo de crecimiento. Como norma general, cuanto más pequeño es el niño, menor peso corporal soporta el colchón, por lo que no se requiere de una firmeza extrema. Sin embargo, en la adolescencia, cuando el peso y la altura aumentan considerablemente, se hace imprescindible que el colchón ofrezca una estructura firme y estable que acompañe ese desarrollo sin causar tensiones musculares.
Tamaño y grosor del colchón: mucho más importante de lo que parece
El tamaño del colchón también merece una atención especial. A la hora de elegirlo, hay que pensar no sólo en las dimensiones actuales del niño o adolescente, sino también en su evolución a lo largo de los próximos años. “En general —explican los expertos de Colchón Club— un colchón infantil o juvenil debe ser, como mínimo, diez centímetros más largo que la estatura del niño o adolescente que va a utilizarlo”.
Por eso, la mayoría de los modelos juveniles se fabrican en longitudes estándar de 180 cm, 190 cm e incluso 200 cm. En cuanto al ancho, dependerá del espacio disponible y de las necesidades del menor: desde los 90 cm habituales en camas individuales, hasta los 105, 135 o incluso 150 cm si se busca un extra de confort o si se prevé que el colchón acompañe al niño durante muchos años.
En lo que respecta al grosor, lo ideal es buscar colchones con un grosor mínimo de 18 cm, pero que no superen los 25 cm. Esta franja garantiza una base de descanso suficientemente firme y cómoda, sin resultar excesivamente voluminosa. Recordemos que un buen colchón infantil o juvenil debería durar entre cinco y ocho años, por lo que vale la pena elegir con criterio y previsión.
La importancia de los materiales del colchón
Otro factor determinante a la hora de elegir colchones para niños y adolescentes son los materiales. En el mercado actual existen múltiples opciones, como los colchones con núcleos de espuma HR, viscoelástica o látex, hasta colchones con muelles ensacados o continuos, capaces de proporcionar un soporte más dinámico y transpirable. Todos ellos pueden estar recubiertos por capas adicionales de acolchado, como viscoelástica o látex natural, que contribuyen a una mayor adaptabilidad y comodidad.
“Lo más importante es que los materiales sean capaces de distribuir el peso de manera uniforme, reducir los puntos de presión y mantener la columna en una postura ergonómica durante toda la noche” —explican desde Colchón Club—. Esto no sólo favorece el desarrollo físico del niño, sino que mejora la calidad del sueño, reduce los despertares nocturnos y contribuye a que podamos disfrutar de una mayor sensación de bienestar general.
Un buen consejo es optar por colchones fabricados con materiales hipoalergénicos o que hayan sido tratados para evitar la proliferación de ácaros, hongos y bacterias, ya que los niños y adolescentes son más sensibles a desarrollar alergias o problemas respiratorios si duermen sobre superficies contaminadas por este tipo de alérgenos. Los colchones viscoelásticos con tratamientos anti ácaros o los modelos con capas de látex pueden ser grandes aliados en este sentido.
ColchonClub ofrece una cuidada selección de colchones para todas las edades y necesidades. En su catálogo puedes encontrar modelos infantiles y juveniles diseñados con materiales de alta calidad, perfectamente adaptados a las exigencias del crecimiento y la salud en el descanso. Puedes acceder a su catálogo web a través del siguiente enlace: ColchonClub.
La durabilidad, un factor clave
Elegir un colchón no debe ser una decisión impulsiva, especialmente si se trata de un colchón infantil o juvenil que va a acompañar a tu hijo durante varias etapas de su crecimiento. La durabilidad es, por tanto, un aspecto esencial a tener en cuenta. Un colchón de calidad puede mantenerse en perfecto estado entre cinco y ocho años, siempre que se utilicen los materiales adecuados y se sigan las recomendaciones básicas de mantenimiento, como girarlo cada cierto tiempo o utilizar una funda protectora.
Invertir en un colchón duradero no solo garantiza un descanso de calidad durante más años, sino que también supone un ahorro económico a medio plazo, ya que se evita tener que renovar el equipo de descanso con frecuencia. “Una buena inversión en el colchón es una inversión en salud, especialmente cuando se trata de niños y adolescentes” —señalan los expertos de Colchón Club—.
Pon su descanso como prioridad
En definitiva, elegir el colchón adecuado para niños y adolescentes no es una tarea menor. Se trata de un elemento fundamental que influye directamente en la salud física, mental y emocional de los niños y adolescentes. Si tienes en cuenta distintos aspectos como la firmeza, el tamaño, el grosor, los materiales y la durabilidad, es posible acertar con la mejor opción para cada etapa del crecimiento.
Porque el descanso es mucho más de lo que parece, ya que se trata del pilar sobre el que se construye una vida activa, saludable y feliz donde los niños y adolescentes puedan cumplir con las exigencias del día a día. Elegir bien es regalarles cada noche la oportunidad de crecer mejor.