El Cristo de la Humildad procesiona por las calles de Quintanar de la Orden a pesar de la lluvia. Contra todo pronóstico, Quintanar de la Orden pudo celebrar este Miércoles Santo uno de los actos más singulares y emotivos de su Semana Santa: la tradicional Procesión de las Carracas, una cita profundamente arraigada en la identidad religiosa y cultural del municipio, cuya Semana Santa está reconocida como Fiesta de Interés Turístico Regional.
Pasadas las 23:00 horas, la meteorología mantenía en vilo a cofrades, autoridades y vecinos. La persistente lluvia amenazaba con suspender el acto. Sin embargo, un paréntesis en las precipitaciones permitió que la Cofradía del Cristo de la Humildad tomara la valiente decisión de seguir adelante.
Cerca de la medianoche, se abrieron las puertas de la Ermita de San Sebastián. En un gesto cargado de simbolismo, la imagen del Cristo de la Humildad fue descendida hasta rozar las andas, para poder atravesar el estrecho arco del templo, como dicta la tradición. El silencio de la noche fue roto por el característico sonido de las carracas, que abrían paso al desfile procesional.
El Cristo fue portado a hombros por sus cofrades, visiblemente emocionados, mientras decenas de personas acompañaban el recorrido. Tras el paso, marchaban las autoridades religiosas y civiles, entre ellas el alcalde de Quintanar de la Orden, Pablo Nieto, y varios miembros de la Corporación Municipal. También estuvo presente el vicepresidente de la Diputación de Toledo, Joaquín Romera, que quiso sumarse a esta noche tan especial para los quintanareños.
Uno de los momentos más conmovedores de la procesión fue la interpretación de una saeta por parte de la joven Kimberly Carretero, frente al Cristo de la Humildad. Su voz, profunda y sentida, emocionó tanto a los asistentes como a los portadores del paso.
La procesión recorrió las calles Grande, Princesa y San Agustín hasta su llegada al Templo Parroquial de Quintanar de la Orden.