El Municipal de Carrión fue escenario este domingo de un duelo de altos vuelos para un Daimiel Racing que llegaba con la necesidad evidente de reencontrarse con la victoria. Y lo hizo. El conjunto dirigido por Jesús Vicente supo sufrir, competir y golpear en el momento justo para llevarse un triunfo de enorme valor ante un UD Carrión que, además de actuar como local, partía por encima en la clasificación y aspiraba a cerrar la jornada en posiciones de privilegio.
Desde el arranque quedó claro que el choque no iba a conceder tregua. Los ciudadrealeños se mostraron sólidos atrás, ordenados en cada situación defensiva y con la paciencia suficiente para esperar su oportunidad ante un Carrión que quiso llevar el peso del partido, aunque sin llegar a encontrar vías claras para desarbolar a un Daimiel muy bien plantado.
Con el paso de los minutos el encuentro entró en un pulso táctico intenso, donde los pequeños detalles parecían llamados a marcar la diferencia. Y así sería. En el minuto 75, Alan Christ aprovechaba una acción aislada para convertir el 0-1 que a la postre resultaría definitivo, un gol que desató la alegría de la expedición daimieleña y que dejó helado a un Carrión que veía cómo el partido se le escapaba sin remedio.
De ahí al final, el conjunto de Jesús Vicente supo competir con inteligencia, sujetando las acometidas finales del cuadro local y defendiendo con uñas y dientes una victoria que ya se les había resistido durante tres jornadas consecutivas. Un triunfo de carácter, de esos que fortalecen y permiten recuperar sensaciones en un campeonato tan exigente como este Grupo I de Preferente.
Tras esta decimotercera jornada, el Daimiel Racing asciende hasta el séptimo escalón de la tabla con 19 puntos, situándose a seis de ese playoff de ascenso que empieza a apretarse en la zona alta y demostrando que todavía tiene mucho que decir en la competición.
La próxima semana volverá al Municipal daimieleño para medirse al Atlético Teresiano, un rival que, pese a su posición en la zona baja, atraviesa un momento dulce y promete presentar una batalla de las que exigen máxima concentración.




































































