El Yugo UD Socuéllamos no pudo prolongar su buen momento y cayó por 1-2 frente al Rayo Majadahonda en el Paquito Giménez, en un partido que se decidió por pequeños detalles y en el que el equipo azulón mereció, al menos, puntuar por su empuje final. Pese a la derrota, el conjunto socuellamino volvió a dejar sensaciones positivas de carácter y reacción, mostrando un paso adelante en compromiso y actitud.
El encuentro comenzó muy igualado, con un tramo inicial de respeto mutuo y pocas llegadas claras. Pasada la media hora, el equipo madrileño logró adelantarse en el marcador y al filo del descanso se marchó con ventaja, obligando a los locales a remar contracorriente.
Nada más arrancar la segunda parte llegó el 0-2, un golpe que podría haber dejado tocado al equipo. Sin embargo, ocurrió lo contrario: el Socuéllamos supo sostenerse en el partido, volvió a sentirse cómodo con balón y poco a poco fue ganando metros, acompañado por una grada que empujó como en las grandes tardes.
El premio a ese empuje llegó con el 1-2, obra de Sergio Pérez, que alimentó aún más las opciones de remontada. Para entonces, el partido ya estaba completamente inclinado hacia el área visitante. La expulsión del Majadahonda dio paso a un último cuarto de hora trepidante, con los socuellaminos volcados en ataque y acumulando llegadas. Hubo centros laterales, disparos desde la frontal y hasta un lanzamiento que se estrelló en el larguero, pero el empate no terminó de llegar.
Pese a la derrota, el tramo final dejó la impresión de que el equipo está compitiendo mejor que hace unas semanas y que la línea ascendente se mantiene en juego e intensidad. Con 5 puntos en 7 jornadas, el Socuéllamos continúa colista, aunque no descolgado, y con la sensación de estar cada vez más cerca de transformar trabajo y empuje en victorias.





































































