En la noche del sábado, 10 de mayo, se vivió un momento de fe, música y emoción en el Salón de actos del Instituto Infante Don Fadrique de Quintanar de la Orden.
El grupo juvenil cristiano Hakuna Toledo ofreció su esperado concierto “Resurrección”, organizado por la Parroquia de Quintanar de la Orden junto al propio grupo, congregando a centenares de personas que esperaban con entusiasmo la apertura de puertas. Entre los asistentes, varios miembros de la Corporación Municipal.
Mientras el público se reunía a las afueras, dentro del recinto los integrantes de Hakuna se preparaban con ensayos, cantos y oraciones, exponiéndose al Santísimo para pedirle llevar su mensaje al público de Quintanar de la Orden.
Hakuna Toledo, parte del movimiento internacional Hakuna, nacido en una Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro, ofreció una puesta en escena vibrante y cargada de espiritualidad.
El año pasado, con su concierto «Pasión”, dieron un giro de 180 grados en relación a lo que Hakuna venía realizando. Sus canciones narraban desde que Jesús es condenado a la crucifixión hasta que es resucitado, y este año con su concierto «Resurrección” vinieron a contarnos la Resurrección del Señor, para el grupo “algo muy importante para celebrar que Cristo está vivo”.
Los jóvenes se subieron al escenario para interpretar una veintena de canciones propias de Hakuna Group Music, como “Huracán”, “Baila y déjate de historias” o “¿Por qué lloras?”, esta última inspirada en el encuentro entre el Ángel y María Magdalena.
Con sus interpretaciones, sus voces y su música crearon un entorno de fe y alegría. Llevaban una composición acústica con piano, dos guitarras acústicas y un set de percusión compuesto por cajón y platillos. Algo que caracteriza mucho al grupo es que los coros siempre están muy presentes en las canciones.
El público, especialmente joven, se dejó llevar por la música, e incluso llegó a formarse un “trenecito” improvisado entre los asistentes.
El momento más emotivo llegó con la última canción, cuando el grupo invitó a subir al escenario a todos los jóvenes que quisieran cantar junto a ellos, culminando así una noche que quedará grabada en la memoria y el corazón de muchos.