La Casa de Abraham ha celebrado este viernes en la Plaza de España su acto anual de calle por las personas sin hogar, un evento que busca visibilizar las realidades y los “sueños silenciados” de quienes viven en situación de sinhogarismo.
El acto ha contado con la presencia de la directora de la Casa de Abraham, María José Navarro; de los usuarios y profesionales de este recurso de Cáritas Diocesana de Ciudad Real; del alcalde, Leopoldo Sierra, y de varios concejales de la Corporación Municipal y del equipo de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Daimiel.
El manifiesto de la campaña de este 2025 lo leía Rosario, usuaria de la Casa de Abraham, que ha puesto voz a una reivindicación central: “que toda persona tenga garantizado su derecho a un nivel de vida digno”. Sobre esa base y el lema de ‘Sin hogar, pero con sueños’, el manifiesto expuso las múltiples barreras que enfrentan las personas sin hogar, incluyendo a quienes, aún trabajando, no pueden acceder a una vivienda, víctimas de violencia machista, personas con discapacidad, jóvenes extutelados al alcanzar la mayoría de edad, y mayores sin una pensión suficiente.
Además, reclamaba que las personas sin hogar puedan recibir ayuda para superar sus adicciones “sin ser juzgadas” y que “el sistema no les dé la espalda, ni al cumplir 18 años ni al envejecer”. Un mensaje dirigido a toda la sociedad y, en especial, a las administraciones públicas para que garanticen derechos con un “compromiso real”.
Por su parte, la directora de la Casa de Abraham, María José Navarro, enfatizó que el sinhogarismo no debe ser visto como un problema individual, sino colectivo. En sus palabras, Navarro destacó que la sociedad y las administraciones públicas tienen la “responsabilidad de ser ayuda y apoyo” para que los sueños de estas personas se hagan realidad.
La directora invitó a la ciudadanía a la acción, a “detenerse, a mirar de cerca estas realidades” que a menudo se ocultan por el prejuicio o la indiferencia. Detalló cómo la sociedad puede implicarse, sugiriendo que dediquemos “parte de nuestro tiempo, denunciando parte de las injusticias, o dando un empleo a una persona en situación de sinhogarismo”.
Navarro agradeció la presencia y el apoyo al acto, destacando que “sentirse arropados permite hacer realidad los sueños que consiguen un mundo mejor”. Agradecimientos en los que incluyó al Ayuntamiento de Daimiel por su “ayuda constante” en las demandas que le trasladan.
Por último, el alcalde, Leopoldo Sierra, valoraba el trabajo de la Casa de Abraham porque no solo ofrece “un techo, sino también compañía, escucha y una segunda oportunidad”. Sierra remarcó que “una sociedad justa se mide por el trato a los demás”, y por eso comprometió el apoyo del Ayuntamiento en todo lo que pueda ayudarles.
El evento se cerró con un minuto de silencio en recuerdo a las personas sin hogar que han fallecido en el último año, “sufriendo las inclemencias del tiempo y la vulneración de sus derechos”.





































































