Campo de Criptana vive este 24 de diciembre una de sus jornadas más singulares y arraigadas con la celebración del día grande del gremio de los Cardaores, una tradición con más de cinco siglos de historia que se mantiene viva generación tras generación y que forma parte esencial del patrimonio cultural del municipio.
Tras días de preparativos, la jornada comenzaba con la tradicional Misa del Chichipún, la última de las conocidas como misas de gozo que se celebran en la localidad. Se trata de un privilegio histórico concedido a este gremio, considerado uno de los más antiguos de Campo de Criptana, que cada día de Nochebuena vuelve a reunir a los cardaores en un acto cargado de simbolismo.
Según explica Jorge Simón, miembro del gremio, el origen de esta celebración se remonta a los judíos conversos que, tras su conversión forzada al cristianismo, mantenían ocultas sus costumbres religiosas. “Para no ser delatados y poder seguir celebrando, idearon esta fiesta, que les permitía asistir a una misa el día 24 de diciembre”, señala. Con el paso del tiempo, aquella celebración se consolidó hasta convertirse en la tradición más antigua documentada de Campo de Criptana.
Tras la misa, los cardaores recorren las calles del municipio en una ronda que se prolonga durante todo el día, a bombo, tambor y platillo, en un sonido que es único en la Villa Molinera -el del chichipún-. El itinerario comienza en una primera casa abierta a todo el pueblo y continúa por bares y domicilios particulares, anunciando la Navidad, deseando felices fiestas y manteniendo un ritual que apenas ha variado con el paso de los siglos. “La actividad se desarrolla todos los años igual, no cambia nada”, afirma Simón, subrayando la fidelidad a la esencia original.
El gremio mantiene normas muy concretas: solo pueden formar parte de él hombres cuyo primer apellido sea Simón. Un requisito que, pese a resultar llamativo en la actualidad, forma parte de la identidad histórica del colectivo. “Las tradiciones son las tradiciones y una tradición tan antigua y tan enraizada debe continuar como sigue”, defiende el cardaor.
La importancia de este gremio para Campo de Criptana queda reflejada incluso en el callejero del municipio, donde los Cardaores cuentan con una calle dedicada en su honor, un reconocimiento a su papel en la historia y la vida social local.
Cada día de Nochebuena, esta celebración convierte a Campo de Criptana en escenario de una tradición única que sigue uniendo pasado y presente, y que continúa siendo motivo de orgullo para vecinos y visitantes.









































































