Eurocaja Rural – La revolución de las máquinas
OCIO Y DEPORTE FITPRO
KONEZTA2

Los Lectores

Miguel de Cervantes y la Orden de Calatrava

manchainformacion.com

Talleres Manchegos VW Agosto 25
1 estrella2 estrellas3 estrellas4 estrellas5 estrellas Valora esta noticia
Cargando...
WhatsApp
Facebook
Telegram
Twitter
LinkedIn

La Orden de Calatrava es la más antigua de España, creada en 1158 con sus grandes fortificaciones en Calatrava la Vieja y Calatrava la Nueva, fue la Primera Espada de la Reconquista estando siempre en primera línea de frontera contra los almohades. Miguel de Cervantes no sólo conocía la Orden, sino que la cita en varias de sus obras y atravesó sus dominios cada vez que efectuaba un desplazamiento a cualquier lugar de Andalucía debido al desempeño de los distintos oficios en los que sirvió a la Corona

Tras su creación a principio del siglo XII, las órdenes militares internacionales del Temple y del Hospital con un marcado carácter asistencial inicial, aunque después derivaron también en fuerza militar, que se asentaron en el oriente próximo con el objetivo de proteger a los peregrinos en Tierra Santa (Temple) y atenderlos curándolos de sus heridas y dolencias (Hospital), estas órdenes acabaron llegando a España en 1146.

Su objetivo era la defensa de las fronteras que les fueron encomendadas por los diferentes reyes cristianos, fundamentalmente en zonas de Aragón, está documentada la participación del Temple en el cerco de Tortosa en 1148. Fueron perdiendo terreno en favor de las órdenes nacionales Calatrava, Santiago y Alcántara porque competían con ellas en inferioridad de condiciones, ya que un tercio de sus ingresos debían enviarlos a la casa matriz, al maestre que casi siempre estaba en el Oriente Latino (lo que se llamaban las «responsiones» que mermaban considerablemente sus ingresos y no podían dedicar todos sus recursos al fortalecimiento militar de sus tropas y castillos).

Como la define HistorIA: Explorando el Pasado: «La orden de Calatrava además de su origen heroico se distinguió por su estrecha relación con la orden del Císter adoptando su regla y hábitos blancos, esta característica los diferenciaba de otras órdenes militares contemporáneas como los templarios conocidos por su emblemática Cruz Roja y los hospitalarios famosos por su Cruz Blanca sobre fondo negro. Mientras los templarios se dedicaban principalmente a proteger a los peregrinos y los hospitalarios a brindar atención médica, los calatravos se centraban en la defensa territorial y la expansión cristiana en tierras de Al-Ándalus».

Con el tiempo, la orden se fue asentando con una determinación férrea inspirada en la regla de San Benito, haciendo voto de pobreza, castidad y obediencia, despojándose los caballeros de todos sus bienes personales. A pesar de ello, por las donaciones obtenidas provenientes de los nobles agradecidos por su ayuda y con sus ingresos propios obtenidos al ubicar sus encomiendas en lugares estratégicos de paso, se convirtió en una de las órdenes militares más prósperas invirtiendo sus riquezas en mejorar sus defensas (castillos) y en perfeccionar su armamento y capacidades combativas.

El compromiso de los caballeros calatravos se puede reconocer en el testimonio de un caballero obtenido en un documento histórico: «cada día despierto con el fervor de quien defiende no solo su vida sino la de todos los cristianos que dependen de nuestra espada y nuestra fe».

La participación de la orden de Calatrava en la batalla de las Navas de Tolosa, el 16 de julio de 1212 fue hasta tal punto decisiva que en medio del caos de la batalla los caballeros calatravos fueron capaces de romper el cerco de cadenas del campamento musulmán propiciando una victoria tan estratégica y decisiva que propició el futuro del dominio musulmán en la región.

Volviendo a citar a HistorIA: Explorando el Pasado: «Para la orden de Calatrava esta victoria consolidó su reputación como defensores inflexibles de la fe cristiana y guardianes de las fronteras en palabras del historiador militar, doctor Juan Martínez, la táctica empleada por los caballeros de Calatrava en las Navas de Tolosa demostró una combinación de audacia y disciplina, su capacidad para identificar y explotar la vulnerabilidad en las defensas enemigas fue crucial para el éxito de la coalición cristiana, pero las hazañas de la orden de Calatrava no se limitan a esta batalla. En 1195 participaron en la batalla de Alarcos, aunque con un desenlace menos afortunado, a pesar de la derrota, los caballeros aprendieron valiosas lecciones que aplicaron en enfrentamientos posteriores refinando sus tácticas y estrategias. En otro documento histórico se describe un testimonio de un caballero de Calatrava “luchamos con la convicción de que nuestras espadas no solo defienden tierras sino también el honor de nuestra fe y la esperanza de futuras generaciones”».

De esta forma, hacia el final del siglo XII y mientras la Reconquista siguió avanzando en Andalucía, la orden de Calatrava se consolidó como una fuerza militar imparable y se erigió en una entidad de poder y riqueza inmensa. Desde que fue fundada, la orden había acumulado influencia y grandes territorios, llegando a controlar más de sesenta castillos y fortalezas extendiéndose desde Ciudad Real hasta las más remotas tierras de la península.

Su política de alianzas con otras órdenes la hacía de la orden una fuerza militar temible, llegando a ser consultados sus maestres por los reyes en cuanto necesitaban consejos militares. Con los Reyes Católicos y ante el temor de tener enfrente fuerzas tan preparadas, las órdenes pasaron a depender de la Corona.

La orden de Calatrava no solo fue un baluarte en la lucha por la fe cristiana durante la Edad Media, sino que también dejó una huella en la historia de España, su origen legendario, su estructura única, las batallas que libró y los misterios que la rodean, la convierten en un tema apasionante para cualquier amante de la historia. Su legado perdura en la identidad cultural y nacional de España.

Por otra parte, y retomando el título del artículo, resulta indudable el conocimiento de la Orden de Calatrava por parte de nuestro primer escritor Miguel de Cervantes, no en vano la cita directamente en su obra cumbre el Quijote:

«—No puedo yo negar—, señor don Quijote—, que no sea verdad algo delo que vuestra merced ha dicho, especialmente en lo que toca a los caballeros andantes españoles; y, asimesmo, quiero conceder que hubo Doce Pares de Francia, pero no quiero creer que hicieron todas aquellas cosas que el arzobispo Turpín dellos escribe; porque la verdad dello es que fueron caballeros escogidos por los reyes de Francia, a quien llamaron pares, por ser todos iguales en valor, en calidad y en valentía, a lo menos, si no lo eran, era razón que lo fuesen, y era como una religión de las que ahora se usan de Santiago o de Calatrava, que se presupone que los que la profesan han de ser o deben ser caballeros valerosos, valientes y bien nacidos; y como ahora dicen caballero de San Juan o de Alcántara, decían en aquel tiempo caballero de los Doce Pares, porque lo fueron doce iguales los que para esta religión militar se escogieron. (Q I, 49)

 

Y vuelve a citar a la Orden, esta vez de forma indirecta, porque se está refiriendo a uno de sus territorios, cuando habla de los afamados garbanzos de Martos:

«Detrás de los tristes músicos comenzaron a entrar por el jardín adelante hasta cantidad de doce dueñas, repartidas en dos hileras, todas vestidas de unos monjiles anchos, al parecer, de anascote batanado, con unas tocas blancas de delgado canequí, tan luengas, que sólo el ribete del monjil descubrían.

Tras ellas venía la condesa Trifaldi, a quien traía de la mano el escudero Trifaldin de la Blanca Barba, vestida de finísima y negra bayeta por frisar, que, a venir frisada, descubriera cada grano del grandor de un garbanzo de los buenos de Martos».

(Q II, 38)

Aunque a comienzos del siglo XVII las órdenes militares sufrieron un cierto retroceso en relación al poder que habían ostentado tras la Reconquista española, aún en esa época la orden de Calatrava mantenía amplias extensiones de tierra y de aprovechamientos.

Precisamente en el prólogo de la edición de bolsillo que la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha editó con motivo del cuarto centenario de la publicación del Quijote, José María Barreda Fontes, entonces presidente de la Junta, habla de la importancia geográfica y económica que alcanzó la orden en su territorio:

«Mucho se ha escrito sobre la influencia en la economía española de la llegada del oro y la plata de las Indias. Pero no hubo que esperar a los estudios de Hamilton. Había contemporáneos clarividentes; otra vez Quevedo recordando que poderoso caballero es don Dinero: “Nace en las Indias honrado, /donde el mundo le acompaña; / viene a morir en España, / y es en Génova enterrado.”

En 1600, contemporáneo pues de Cervantes, González de Cellórigo, hacía el diagnóstico de la influencia en la economía de tanta abundancia de metales preciosos que había conducido a una situación irreal, ficticia: “y el no aver tomado suelo procede de que la riqueza ha andado y anda en el ayre, en papeles y contractos, censos y letras de cambio, en la moneda, en la plata y en el oro; y no en bienes que fructifican y atrahen a sí como más dignos las riquezas de afuera, sustentando las de dentro”. …” Y sintetiza formando una paradoja que haría las delicias de los conceptistas: “el no haber dinero, oro ni plata, en España, es por averlo, y el no ser rica es por serlo”.

Por cierto, que un lugar de la Mancha, cuyo nombre es Almagro, tiene mucho que ver con los préstamos del rey, “los papeles y contractos, censos y letras de cambio”. Su porte señorial, su aire flamenco, sus encajes y su plaza, se relacionan directamente con los Fugger, los banqueros de Carlos V, que controlaron el azogue de Almadén y con él toda la producción mundial de la plata, desde la capital del Campo de Calatrava».

 

Miguel de Cervantes no sólo menciona la Orden de Calatrava en el Quijote, también hace una referencia a ella en La Gitanilla, una de las Novelas ejemplares, cuando refiere lo siguiente:

«A la voz de Preciosa y a su rostro, dejaron los que jugaban el juego y el paseo los paseantes; y los unos y los otros acudieron a la reja por verla, que ya tenían noticia della, y dijeron:

-Entren, entren las gitanillas, que aquí les daremos barato.

-Caro sería ello -respondió Preciosa- si nos pellizcacen.

-No, a fe de caballeros -respondió uno-; bien puedes entrar, niña, segura, que nadie te tocará a la vira de tu zapato; no, por el hábito que traigo en el pecho.

Y púsose la mano sobre uno de Calatrava.

-Si tú quieres entrar, Preciosa -dijo una de las tres gitanillas que iban con ella-, entra en hora buena; que yo no pienso entrar adonde hay tantos hombres».

(La Gitanilla)

 

Y también vuelve a citar a la Orden, nuevamente en otro fragmento de la misma novela:

«-Estos son adornos de alguna pequeña criatura.

-Así es la verdad -dijo la gitana-; y de qué criatura sean lo dice ese escrito que está en ese papel doblado.

Abrióle con priesa el corregidor y leyó que decía:

Llamábase la niña doña Constanza de Azevedo y de Meneses; su madre, doña Guiomar de Meneses, y su padre, don Fernando de Azevedo, caballero del hábito de Calatrava. Desparecíla día de la Ascensión del Señor, a las ocho de la mañana, del año de mil y quinientos y noventa y cinco. Traía la niña puestos estos brincos que en este cofre están guardados».

(La Gitanilla)

 

Ahora y de forma indirecta, se vuelve a referir a la Orden, en estos dos nuevos párrafos que son muy interesantes:

Y de forma indirecta «Y como ella llevaba puesta la mira en buscar la casa del padre de Andrés, sin querer detenerse a bailar en ninguna parte, en poco espacio se puso en la calle do estaba, que ella muy bien sabía; y habiendo andado hasta la mitad, alzó los ojos a unos balcones de hierro dorados que le habían dado por señas, y vio en ella a un caballero de hasta edad de cincuenta años, con un hábito de cruz colorada en los pechos,201 de venerable gravedad y presencia; el cual apenas también hubo visto la gitanilla, cuando dijo:

–Subid, niñas, que aquí os darán limosna».

(*201: Cruz que portaban en el pecho de su hábito los caballeros de Santiago o Calatrava; es colorada)

La Gitanilla

«–¿Cómo que no es gitano, hija mía? –dijo doña Guiomar.

Entonces la gitana vieja contó brevemente la historia de Andrés Caballero, y que era hijo de don Francisco de Cárcamo, caballero del hábito de Santiago, y que se llamaba don Juan de Cárcamo,425 asimismo del mismo hábito, cuyos vestidos ella tenía, cuando los mudó en los de gitano. Contó también el concierto que entre Preciosa y don Juan estaba hecho de aguardar dos años de aprobación para desposarse o no».

(*425: Juan de Cárcamo fue personaje histórico de la época, hijo de Alonso de Cárcamo, caballero de Calatrava y corregidor en varias ciudades, entre las que se incluyen Toledo 1595 y Valladolid 1604). La Gitanilla

Como vemos, Miguel de Cervantes se prodigó mucho en esta novela, incluida en las Ejemplares, por lo que comprobamos que es indudable el conocimiento de la orden de Calatrava por parte de nuestro primer escritor.

Igualmente, de forma indirecta se refiere a ella en el Coloquio de los perros:

«CIPIÓN. Has de saber, Berganza, que es costumbre y condición de los mercaderes de Sevilla, y aun de las otras ciudades, mostrar su autoridad y riqueza, no en sus personas, sino en las de sus hijos; porque los mercaderes son mayores en su sombra que en sí mismos. Y como ellos por maravilla atienden a otra cosa que a sus tratos y contratos, trátanse modestamente; y como la ambición y la riqueza muere por manifestarse, revienta por sus hijos, y así los tratan y autorizan como si fuesen hijos de algún príncipe. Y algunos hay que les procuran títulos, y ponerles en el pecho la marca que tanto distingue la gente principal de la plebeya.153

BERGANZA. Ambición es, pero ambición generosa, la de aquel que pretende mejorar su estado sin perjuicio de tercero.

CIPIÓN. Pocas o ninguna vez se cumple con la ambición que no sea con daño de tercero».

(153: Llevaban en el pecho el hábito los caballeros de alguna orden militar, sea de Calatrava, Santiago o Alcántara; en el tiempo de Cervantes, tal como nos advierte Berganza en el Coloquio de los perros, valía por «la marca que tanto distingue la gente principal de la plebeya». El de Calatrava tenía la cruz regia floreteada y como armas la misma cruz en campo de oro y a los lados dos trabas azules, aludiendo al nombre del castillo de Calatrava).

(Coloquio de los perros)

En sus años como comisario de abastos para la Gran Armada (con la que el rey Felipe II pretendió invadir Inglaterra y que solo al final se salvó de ello por una descoordinación de las fuerzas navales con las terrestres), Cervantes tuvo ocasión de viajar por toda Andalucía, de pasar días en cada pueblo y de contactar con las personas que influían y tenían poder.

Igual ocurrió años más tarde, cuando la Corona le encomendó la recaudación de impuestos atrasados (alcabalas) en tierras de Granada, donde consta que se aproximó bastante a tierras de Jaén, que habían sido antiguos dominios de la orden (de los que sus pueblos aún conservaban sus nombres, Higuera de Calatrava y Santiago de Calatrava, ambas en la provincia de Jaén), por lo que era un gran conocedor de la orden y de los lugares donde se había aposentado y cobrado diezmos con los que sustentar su poder económico y político.

La orden de Calatrava fue la Primera Espada de la Reconquista estando siempre en primera línea de frontera contra los almohades, valga como ejemplo el de la encomienda de Víboras (castillo situado en las Casillas de Martos, Jaén) situada a apenas 14 km de distancia de Alcaudete y a 31 km de Alcalá la Real, ambas plazas de dominio almohade con quienes mantenían frontera.

A pesar de que durante el reinado de los Reyes Católicos, en 1497, las órdenes militares pasaron a tutela real, y comenzaron a ser más bien estamentos honoríficos con que la corona premiaba los merecimientos de los caballeros, es indudable que en época de Cervantes alcanzaron un gran prestigio y los caballeros deseaban formar parte de las órdenes militares para engrandecer su hoja de servicios y adornar sus prestigio personal, manteniendo aún una influencia enorme en los territorios en que estaban asentadas.

Hoy en día, la orden de Calatrava sigue existiendo como una orden honorífica comprometida con la preservación de su rica historia y la promoción de los valores de la caballería medieval y está involucrada en la acción social y cultural.

Sigue perviviendo en la memoria colectiva siendo homenajeada por la actual orden de los Caballeros Custodios de Calatrava la Vieja.

Alonso M. Cobo Andrés y Constantino López Sánchez-Tinajero, Sociedad Cervantina de Alcázar de San Juan

MMC JULIO-AGOSTO 25
Globalcaja Abonos Balonmano Ciudad RealMEDFYR Medicina General
CONSEJO REGULADOR 24DIPUTACIÓN TOLEDO TURISMO VERANOTendencias Spa Capilar
Globalcaja Abonos Balonmano Ciudad RealMEDFYR Medicina General
DIPUTACIÓN TOLEDO TURISMO VERANOCONSEJO REGULADOR 24Tendencias Spa Capilar
Reinavisión – revisión niños junio 25Vinícola del Carmen julio 25LAS MUSAS genéricoBodegas Símbolo Verano 25Artedental
ITV Cita previa 2024TRAVESA 1,359
CASA LA VIÑA Abril 22
AGUAS ALCÁZAR Genérico 21LA CRIPTANENSE Horario invierno

Programción TV

Mancha Centro TV

El tiempo en CLM

Farmacias y cita médica

Loterías y apuestas

Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.

En este enlace puedes ver la política de cookies: política de cookies