En la noche de ayer, viernes 18 de julio, el Centro Cívico Príncipe de Asturias de Quintanar de la Orden acogió un extraordinario concierto enmarcado en la programación de la XXXI edición del Festival Internacional de Música de La Mancha.
El evento, de carácter muy especial, reunió a músicos de prestigio internacional y a un público entusiasta que disfrutó de una velada única. Entre los asistentes se encontraba el Alcalde de la localidad, D. Pablo Nieto Toldos, acompañado por varios concejales de la Corporación Municipal, en una clara muestra del respaldo institucional a la cultura y la música en vivo.
El acto fue inaugurado por la Directora Artística del Festival, Consuelo Díez, quien calificaba de “lujo” el concierto, no solo por la calidad de los intérpretes, sino también por lo novedoso del repertorio presentado.
El concierto estuvo a cargo del prestigioso saxofonista castellanomanchego Pedro Pablo Cámara, originario de la vecina localidad de Villanueva de Alcardete. Cámara, que compagina su carrera artística con la docencia en Suiza y España, es reconocido internacionalmente por su virtuosismo y sensibilidad interpretativa y ha acudido al Festival en diversas ocasiones, unas veces como público y otras como intérprete.
En esta ocasión, actuó acompañado del cuarteto de cuerda francés Quatuor Ardeo, formado por cuatro instrumentistas (dos violines, una viola y un violonchelo) de alto nivel, fundado en 2001 y considerado uno de los conjuntos de cámara más destacados de París y de su generación.
El programa ofrecido fue tan original como exigente. En la primera parte, el cuarteto interpretó el Cuarteto de cuerda nº 3 en re mayor de Félix Mendelssohn, una obra del siglo XIX dividida en cuatro movimientos que capturó la esencia romántica del compositor alemán.
La segunda parte del concierto trajo una auténtica novedad: el estreno en Castilla-La Mancha del Quintett para cuarteto de cuerda y saxofón de Adolf Busch, escrito en 1928. Esta obra, poco habitual por su combinación instrumental —saxofón y cuarteto de cuerda—, se estructura en tres movimientos y propone un lenguaje moderno que “bebe” de la música tonal, y se aleja del romanticismo tradicional.
Sin duda, una velada musical inolvidable que vuelve a poner de manifiesto el compromiso del Ayuntamiento de Quintanar de la Orden con la cultura y el talento.