En los últimos años, el Sobrecrecimiento Bacteriano en el Intestino Delgado (SIBO) ha ganado popularidad tanto en consultas médicas como en redes sociales. Pero ¿Es de verdad de un trastorno nuevo? ¿Qué lo origina? ¿Qué síntomas tiene? ¿Cómo se trata?
El SIBO es un trastorno que se caracteriza por la presencia de un número excesivo de bacterias en el intestino delgado, especialmente de bacterias típicas del colon o intestino grueso. Este hecho puede interferir con la digestión y la absorción de nutrientes y dar lugar a los síntomas de la enfermedad.
¿Por qué es tan frecuente el SIBO? ¿Cómo se produce?
El sobrecrecimiento puede originarse por numerosas causas, entre las más estudiadas están:
- Alteraciones en la motilidad intestinal
El intestino delgado tiene un mecanismo que funciona como una escoba que barre restos de alimentos y bacterias hacia el colon. Puede verse afectado por: infecciones intestinales previas, hipotiroidismo, diabetes con neuropatía y el uso de ciertos medicamentos que enlentecen la motilidad. Cuando este sistema se altera, las bacterias se acumulan y proliferan en el intestino delgado
- Cambios anatómicos en el intestino:
Cirugías abdominales, adherencias o divertículos en el intestino delgado pueden crear zonas de estancamiento donde las bacterias prosperan.
- Déficit de ácido gástrico
El ácido gástrico es una de las primeras defensas contra microorganismos. Cuando su producción disminuye, se facilita el paso de bacterias al intestino. Esto ocurre con el uso crónico de inhibidores de la bomba de protones, gastritis atrófica o edad avanzada.
- Alteraciones en la válvula ileocecal
Es la que separa el intestino delgado del colon; cuando no funciona bien, permite el paso de bacterias colónicas hacia el intestino delgado.
- Factores dietéticos
Una dieta alta en carbohidratos fermentables, azúcares y ultra procesados puede favorecer el sobrecrecimiento bacteriano.
- Sistema inmune debilitado
Cuando las defensas intestinales no funcionan de forma adecuada, la microbiota pierde su equilibrio y existen mayores posibilidades de sobrecrecimiento bacteriano.
¿Tengo síntomas de SIBO?
El exceso de bacterias en el intestino delgado hace que cuando se ingieren hidratos de carbono o azúcares se produce una fermentación que genera la sintomatología.
Las molestias más frecuentes son la distensión e hinchazón abdominal, sensación de digestiones pesadas, aumento de gases, acidez, diarrea y estreñimiento.
En la mayoría de las personas, estos síntomas no aparecen de manera aislada, sino que se intensifican en momentos de ansiedad, estrés, y estado emocional negativo.
¿Cómo se diagnostica?
Los síntomas del SIBO pueden ser similares a los de otros trastornos gastrointestinales, lo que puede dificultar el diagnóstico, por lo que hay que utilizar pruebas específicas.
Se suele emplear la prueba de aliento que mide la cantidad de hidrógeno o metano que se exhala después de beber una mezcla de glucosa y agua. Un rápido aumento del hidrógeno o del metano exhalado puede indicar un crecimiento excesivo de las bacterias en el intestino delgado.
Se trata de una prueba fácil de realizar y no invasiva; el problema es que es poco específica y a veces hay que recurrir a otras herramientas como el aspirado del intestino delgado y cultivo de líquidos para realizar el diagnóstico.
Tratamiento del SIBO
Lo primero que se debe hacer es identificar y tratar los factores predisponentes y posteriormente tratar de erradicar la sobrepoblación bacteriana.
Las opciones terapéuticas actuales se basan en las intervenciones dietéticas, y en la administración de antibióticos y probióticos.
¿SIBO o intestino irritable?
Ambos trastornos pueden compartir sintomatología: hinchazón, dolor abdominal y cambios en el hábito intestinal, lo que puede dificultar su diferenciación.
Sin embargo, mientras que el SIBO suele estar relacionado con problemas estructurales o infecciones previas, el síndrome del intestino irritable (SII) tiene un fuerte componente funcional y emocional.
Además, el SIBO tiende a empeorar después de las comidas, especialmente tras consumir alimentos ricos en carbohidratos fermentables, mientras que los síntomas del SII suelen estar más relacionados con el estrés o ciertos desencadenantes dietéticos específicos y suelen perdurar más en el tiempo.
Alimentación adecuada
La dieta para SIBO se centra en reducir los carbohidratos fermentables. Como resultado, se produce una rápida disminución del gas, la hinchazón y el dolor que mejora la calidad de vida del paciente de forma notable.
Es muy recomendable contar con la ayuda de un profesional de la salud o un dietista-nutricionista para crear una dieta para SIBO personalizada, eficaz y sostenible.
Aunque el SIBO se ha convertido en un tema de creciente interés en el mundo de la salud digestiva, no todos los síntomas gastrointestinales responden a esta afección. La mejor estrategia es siempre acudir a un especialista que pueda proporcionar un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado para cada caso particular, sin poner en riesgo la salud intestinal.
Sagrario Pérez de Agreda Galiano






































































