
El ojo seco es una enfermedad muy frecuente en la que la superficie ocular no se encuentra correctamente protegida por la lágrima, por un déficit en la cantidad o calidad de la película lagrimal o porque aumenta su evaporación.
Como consecuencia, la superficie del ojo no está bien lubricada, lo que puede dar origen a molestias oculares, problemas visuales y lesiones en la córnea y la conjuntiva.
Los que lo padecen describen una sensación de cuerpo extraño o de quemazón, que aparece con más frecuencia al levantarse, después de mucho tiempo ante la pantalla del ordenador o tras un ejercicio intenso de lectura.
También son frecuentes: escozor, picor, sensación seca y áspera de los ojos, pesadez palpebral e irritación. Aparece también lagrimeo, fotofobia y visión borrosa, que suele ser transitoria.
El tratamiento del ojo seco será etiológico siempre que sea posible, es decir, se tratará de actuar sobre la causa que lo está generando: enfermedades autoinmunes, frecuencia baja de parpadeo, déficit de vitamina A etc.
En la mayoría de los casos, este tratamiento etiológico no va a ser posible y se va a requerir un tratamiento sintomático, basado fundamentalmente en el uso de lágrimas artificiales.
Se deben elegir lagrimas artificiales con un elevado tiempo de permanencia para evitar la necesidad de aplicarlas constantemente, pero que no interfieran con la visión. También es importante elegirlas sin conservantes ya que éstos pueden empeorar la patología. Se deben usar siempre que se necesiten. En el caso de trabajar con ordenadores, en ambientes cerrados, donde la humedad ambiental sea baja, la utilización será más frecuente.
La higiene del párpado es una parte muy importante del tratamiento. Se debe realizar aplicando compresas templadas sobre los párpados para ablandar la grasa y dilatar los orificios glandulares. A continuación, se ejerce un masaje sobre ellos para que la grasa contenida en las glándulas de Meibomio salga al exterior y se limpian los bordes palpebrales con un champú neutro o con toallitas específicas para higiene palpebral.
Existen algunas recomendaciones que deben seguirse para mejorar la sintomatología del ojo seco:
• Evitar ambientes en los que exista evaporación intensa de la lágrima, como son locales cerrados, calefacción, aire acondicionado, zonas con viento, etc.
• No orientar ventiladores hacia la cara, usar gafas que eviten el choque directo del aire con los ojos,
• Dormir al menos 6 horas diarias
• Consumir alimentos ricos en vitamina A y omega 3
• Hacer descansos periódicos
• Forzar el parpadeo
• Usar humidificadores
Por último, es importante recordar que el Ojo Seco, no se cura, pero sí se controla. Aunque los síntomas remitan y dejen de ser una molestia continua no debemos abandonar el tratamiento y las medidas higiénicas para tenerlo controlado.
Sagrario Pérez de Agreda Galiano
Farmacéutica Adjunta Centro de Información del Medicamento
Colegio Oficial de Farmacéuticos de Ciudad Real // www.cofciudadreal.com