La dermatitis de contacto irritativa es una reacción inflamatoria de la piel que ocurre después de la exposición a un agente irritante externo y finalmente deriva en una erupción cutánea. El irritante puede ser de diversos tipos, y deteriora la piel por acción directa, eliminando la barrera lipídica, y provocando úlceras o eccemas.
La diferencia entre dermatitis irritativa y la reacción alérgica radica en que mientras en la reacción alérgica se requiere una fase de sensibilización previa con el alergeno y no todo el mundo es susceptible de sufrirla, en una dermatitis irritativa, los irritantes siempre tienen capacidad de alterar la barrera protectora de la piel. Además, una dermatitis alérgica puede no limitarse solo en la zona de exposición (generalmente las manos) y llegar a otras zonas del cuerpo, como antebrazos o incluso el torso.
La causa fundamental de la dermatitis irritativa son fundamentalmente productos químicos, como cáusticos, limpiadores, lejías, amonios, jabones, cementos, disolventes… físicos, como serrín, arenas, y luego otros factores como el clima o la humedad. El agua por sí misma también puede provocar una dermatitis en caso de un contacto continuado, ya que puede penetrar en las grietas de las manos contribuyendo a la irritación.
La mayoría de las dermatitis irritativas afectan a las manos que es normalmente con lo que trabajamos y manipulamos las cosas. Por eso es un problema de salud muy extendido en el ámbito laboral, especialmente en sectores como la limpieza, la hostelería, por el uso de jabones y detergentes; en peluquerías, por el uso de productos como champús, jabones o tintes con acción irritante; en la construcción, debido al uso de cementos u otros productos. Ocurre también en el ámbito doméstico; si hablamos por ejemplo de limpieza en el hogar, las personas dedicadas a ello pueden verse también afectadas dado el uso de químicos que se suelen usar para limpiar en casa.
El gel hidroalcohólico, que tanto estamos usando desde el comienzo de la pandemia, también actúa como agente irritante, y aunque es importante seguir usándolo para lograr una eficaz higiene de manos, debemos tener en cuenta que poco a poco puede erosionar la piel y por tanto debemos de hidratarnos lo mejor posible las manos.
Síntomas de las dermatitis irritativas
Inflamación de la piel, eritema o enrojecimiento cutáneo, pústulas en algunos casos, sensación de picor y de quemazón, pero también sequedad, descamación, eccema, y piel agrietada
Tratamiento de la dermatitis irritativa.
Lo primero es evitar el contacto con la sustancia que nos ha producido esa reacción. Por lo tanto, la prevención es la primera herramienta de la que disponemos. Si no podemos evitar el contacto, el uso de guantes tanto en el entorno laboral como en el doméstico nos será de gran ayuda.
Además, la hidratación es fundamental, tanto para prevenir, ya que una piel bien hidratada conserva impecablemente su función barrera, como para tratar, puesto que, este problema puede cursar con bastante sequedad, e incluso nos va a aliviar de esa sensación de picor y tirantez.
Por lo tanto, el uso de emolientes nos va a ayudar en gran medida. Aunque si la reacción y las molestias son más graves, habría que hacer uso de medicamentos como los corticoides de uso tópico
Se trata de antiinflamatorios de uso tópico, en crema o pomada la mayoría de las veces, y normalmente de prescripción médica, ya que pueden producir efectos adversos como atrofia o adelgazamiento de la piel, hiperpigmentación u otros tipos de dermatitis, pudiendo llegar incluso a circulación sistémica. De ahí la importancia que esté siempre prescita por un médico.
Los corticoides son medicamentos seguros, pero tiene que ser el médico quien valore la necesidad de usarlos y determinar el tipo más adecuado para qué tipo de paciente, y además confirmar el problema de salud con un diagnóstico. No olvidemos que la receta médica al fin y al cabo es una garantía para el paciente.
Para recordar
– El mejor tratamiento para la dermatitis irritativa es evitar el contacto con la sustancia que la produce
– La hidratación es fundamental para prevenirla y tratarla
– En caso de necesidad, el médico le podrá prescribir el tratamiento más adecuado
Fernando García-Lozano Estudillo
Farmacéutico comunitario de Ciudad Real






































































